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Discipulado transformador
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Libro electrónico264 páginas4 horas

Discipulado transformador

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El deseo del cristiano de crecer en su fe es hermoso y bíblico, y se ilustra muy bien en Jeremías 17 donde la Escritura describe: "Bendito el varón que confía en Jehová"  al ser "como el árbol plantado junto a las aguas... en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto". (RVR1960) Pero, ¿cómo crecen realmente las personas? Discipulado Transformador describe el proceso que trae a la vida a ese tipo de persona descrita en la Biblia. No existe una fórmula mágica o un mantra para recitar, sino más bien una medida sustantiva de investigación con iglesias e individuos que con mucho entusiasmo han respondido el llamado de Jesús a hacer discípulos.
Una compilación de esta sabiduría e historias, guía a líderes y miembros de iglesias a practicar esto de forma intencional para promover una cultura integral de crecimiento en la que la gente crece en su fe cristiana.
Existirá crecimiento, pero no gracias a nuestra investigación, sino por el poder de la palabra de Dios y el Espíritu Santo que trabaja a través de la iglesia (de la misma forma que siempre los discípulos han sido creados). Cuando el pueblo de Dios se une en la misión de Dios a través del Espíritu santo, las vidas se transforman.

A Christian’s desire to grow in faith is beautiful and biblical, best illustrated in Jeremiah 17 where Scripture describes “The man who trusts in the LORD” as being “like a tree planted by water . . . It will not worry in a year of drought or cease producing fruit.”
But how do people really grow? Transformational Discipleship describes the process that brings to life that kind of person described in the Bible. There’s no magic formula or mantra to recite here, but rather a substantive measure of research with churches and individuals who have wholeheartedly answered the call of Jesus to make disciples.
A compilation of their wisdom and stories, it surely guides church leaders and members to practice the intentional efforts needed to foster an entire culture in which people grow in Christian faith.
And they will grow, not because of human research, but by the power of the Word and of the Holy Spirit working through the church—the same way disciples have always been made. When the people of God engage in the mission of God through the Spirit of God, lives are transformed. 
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 ago 2017
ISBN9781462758746
Discipulado transformador
Autor

Eric Geiger

Eric Geiger es el vice presidente de la división de Recursos Humanos de Lifeway. Recibió su doctorado en Liderazgo y Ministerio de Iglesias en el Seminario del Sur. Como pastor también enseña y es orador y asesor para misiones y estrategias de iglesias. Eric es autor y co-autor de diversos libros, incluido el éxito de ventas en libros sobre liderazgo Iglesia Simple. Vive junto a su esposa Kaye y tienen dos hijas, Eden y Evie. Eric Geiger serves as the vice president of the Church Resource Division at LifeWay Christian Resources. Eric received his doctorate in leadership and church ministry from Southern Seminary. He is also a teaching pastor and a frequent speaker and consultant on church mission and strategy. Eric has authored or co-authored several books including the best-selling church leadership book, Simple Church. He is married to Kaye, and they have two daughters, Eden and Evie.

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    Discipulado transformador - Eric Geiger

    él.

    1

    Discipulado deficiente

    El cristianismo carente del Cristo viviente es inevitablemente cristianismo sin discipulado, y cristianismo sin discipulado es siempre cristianismo sin Cristo.

    —Dietrich Bonhoeffer¹

    EN LAS ÚLTIMAS HORAS DE VIDA DE ESTE LÍDER, él estaba prácticamente solo. Enfrentó la muerte sin la compañía de aquellos que le prometieron lealtad. La mayoría de sus amigos más cercanos y más leales lo abandonaron. Algunos huyeron y lo negaron hirientemente. El mundo entero se burló de él.

    Pero no este discípulo.

    Este discípulo permanecería fiel hasta la muerte, siguiendo a su líder hasta la misma tumba. Su mente estaba por completo entregada, su voluntad estaba firme en la agenda de su líder y su corazón conmovido por la intimidad de su relación con su maestro. Él se encontraba complacido con su rey, y humillado de ser incluido en su círculo más íntimo. Este discípulo escribió sobre un previo encuentro con su líder:

    Grande gozo. Él me saluda como a un viejo amigo, y me cuida. ¡Cuánto le amo! Entonces él habla. Cuán pequeño soy. ²

    Más tarde el discípulo escribe estas palabras sobre la enseñanza e influencia de su líder:

    Cuando habla, toda resistencia se desquebraja bajo el efecto mágico de sus palabras. Uno solo puede ser su amigo o su enemigo. Él divide lo caliente de lo frío. Pero toda tibieza es vomitada de su boca.³

    El discípulo es famoso tanto como el líder.

    Antes de su muerte él dijo lo siguiente sobre sí mismo y su líder: «Pasaremos a la historia como los más grandes personajes célebres de todo el tiempo o como los más grandes criminales».

    El nombre del discípulo fue Joseph Goebbels, y fue discípulo de su Führer (su líder), Adolf Hitler. Mientras que muchos abandonaban a Hitler, Goebbels pasó sus últimos días a su lado en el búnker de seguridad de Hitler. Cuando Hitler se suicidó, Goebbels y su esposa le siguieron muy de cerca después de matar a sus seis hijos. Goebbels estaba en lo correcto; se les conoce como los más grandes criminales de la historia. Las atrocidades que ellos cometieron contra la humanidad son detestables. Su plan de eliminar a la raza judía era retorcido y malvado.

    Goebbels fue un verdadero discípulo de Hitler, un seguidor, un aprendiz. Él confió e imitó a su líder. Fue disciplinado, pero su corazón obviamente nunca fue transformado. Él murió siendo un hombre malvado con un depravado corazón de piedra.

    No todo discipulado transforma.

    Aún hasta hoy se considera a Chris Farley como uno de los comediantes más graciosos de nuestra generación en Estados Unidos. Desde las parodias en Saturday Night Live hasta las películas que protagonizó, Farley era exitoso en el negocio del entretenimiento.

    Chris Farley fue impactado por el ejemplo y la influencia de otro comediante famoso: John Belushi. En un sentido real, Farley fue un discípulo de Belushi. Farley admitió abiertamente: «Yo quería ser como él en todos los sentidos», John Belushi se cambió de la tropa de la comedia, Second City, de Chicago a Satuday Night Live y luego a protagonizar películas. Farley escogió el mismo camino en su carrera profesional.

    La imitación de Farley no se detuvo allí. Tanto Belushi como Farley lucharon con la obesidad y tenían la reputación de vividores. Tristemente Belushi murió por una sobredosis de droga cuando solo tenía 33 años de edad. Y años más tarde, después de una noche de fiesta, Chris Farley fue encontrado muerto en su apartamento por sobredosis de droga. Él también tenía 33 años de edad. Aunque su mentor tuvo influencia sobre sus aspiraciones y su comportamiento, su mentor nunca transformó su corazón.

    No todo discipulado transforma.

    Discipulado que no transforma

    Cada persona que pasa por este mundo es un discípulo.

    Cada persona que pasa por este mundo es un discípulo. Cada persona en tu iglesia, en tu vecindario y en tu comunidad es un discípulo. En el Nuevo Testamento la palabra para discípulo es proviene del griego mathetes, la cual se puede traducir también como pupilo o aprendiz. Discípulo sencillamente significa «aprendiz o estudiante». Por lo tanto, cada persona, donde quiera que se encuentre, es un discípulo de alguien; o algo.

    Jesús nos advierte que seamos cuidadosos con la persona que seguimos porque, como sucedió con Goebbels and Farley, llegamos a ser como nuestro líder. En Lucas 6, Jesús reunió a una gran cantidad de gente para escucharle y retó a las personas a considerar cuidadosamente de quién iban a aprender, a quién iban a seguir. Ellos tenían muchos maestros para escoger y Jesús utilizó una pequeña parábola para mostrarles la seriedad de esta decisión.

    «También les contó esta parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro»(Luc. 6:39-40).

    Jesús estaba hablando en medio de una plétora de maestros religiosos quienes guiaban a la gente lejos de la gracia de Dios. Cristo les estaba diciendo: «Sigan al líder incorrecto y los guiará al hoyo». Nos convertimos en el maestro que admiramos, así que tengamos cuidado.

    Cuando Jesús vino al mundo, Él hizo Su aparición intencionalmente dentro de la estructura del discipulado judío que estaba lleno de rabinos y discípulos. En la cultura de Cristo había muchos rabinos nómadas, sin embargo, su discipulado no transformaba. Los aprendices eran impactados por el conocimiento y las habilidades que ellos aprendían, pero sus corazones no eran transformados. Todos somos discípulos, pero no todos somos transformados.

    Solamente un líder puede traer la transformación a Sus discípulos. El discipulado fuera de Jesús es un discipulado que no transforma. Puede traer cambios, pero esencialmente te deja en el mismo estado espiritual en el que te encontró. El discipulado puede proveer educación, mejorar el comportamiento, incrementar la felicidad, agregar más valor o hacer que el discípulo incremente su habilidad en determinado arte. Pero estos son solo cambios. Se trata de cambiar la carcasa manteniendo lo mismo por dentro.

    Seguramente todos sabemos lo que significa ser discipulados por la cultura. Si no es así, solo mira una foto tuya de hace 15 o 20 años. ¿Y esa ropa? ¿Ese corte de cabello? ¿La música que solías escuchar? Echando una vista a tu pasado, no puedes creer que cualquiera de esas cosas fueran aceptables, mucho menos que estuvieran de moda. Peor aún, no puedes imaginar que tú (sí, tú) podrías llegar a usar esa ropa o escuchar esa música. Pero el de la secundaria o del bachillerato estaba absolutamente convencido no solamente de que tu atuendo o música era la de moda, sino que eso era lo que realmente querías. El discipulado sin Cristo puede ser muchas cosas, pero no es aquel que transforma. Jesús es el único Rabí que tiene el poder de transformar las vidas.

    La transformación solo viene a través del discípulo que está enfocado en Jesucristo.

    Jesús no se trata de una moda pasajera que pronto será reemplazada por otra moda a la vuelta de la esquina. Si crees lo que la Biblia dice, Jesús no cambia la ropa de las personas; Él cambia el material interior del que están hechas las personas. Él hace la luz en las tinieblas. Él resucita al muerto y lo trae a la vida. Él renueva la vida del anciano. La transformación que Jesús ofrece es radicalmente diferente a ser conformado a la imagen de este mundo.

    Una de las declaraciones más abiertas en el Nuevo Testamento que hace esta distinción, la encontramos en los muy conocidos versículos de Romanos 12:1-2:

    «Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta».

    La diferencia es vitalmente importante. El mundo busca conformar nuestro pensamiento a sus valores a través de millones de mensajes de mercadotecnia cada día. Muchos de nosotros estamos más influenciados por esos mensajes de lo que nos damos cuenta. Nosotros, a decir verdad, seremos conformados o transformados. Jesús no está interesado solamente en conformarnos: cambiar la apariencia y el comportamiento de la gente. Él está interesado en la transformación. La transformación es más que solo cambios a nivel superficial; realmente se trata de llegar a ser algo completamente distinto.

    No todo discipulado transforma, pero la transformación solo viene a través del discipulado que está enfocado en Jesucristo.

    La deficiencia en el discipulado

    Debido a que el discipulado cristocéntrico tiene como resultado la transformación, podemos concluir con certeza que la mayoría de las iglesias son deficientes en su discipulado. Esta es una declaración escalofriante ya que nuestra misión como creyentes e iglesias consiste en «hacer discípulos». Después de Su muerte y Su resurrección, Jesús fue muy claro en Su comisión a Sus primeros discípulos:

    «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén» (Mat. 28:19-20).

    La razón por la cual Jesús dejó a Sus discípulos en este planeta era para hacer discípulos. La razón fundamental por la que tu iglesia existe es para hacer discípulos de Jesús.

    A la iglesia en Colosas, el apóstol Pablo escribió una declaración sobre su ministerio eclesiástico:

    «De esta llegué a ser servidor según el plan que Dios me encomendó para ustedes: el dar cumplimiento a la palabra de Dios, anunciando el misterio que se ha mantenido oculto por siglos y generaciones, pero que ahora se ha manifestado a sus santos. A estos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria. A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él. Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí» (Col. 1:25-29, NVI).

    El apóstol Pablo trabajó por el poder de Cristo para presentar a cada uno maduro y transformado en Él. Debido a que Pablo estaba convencido de que la transformación solo viene a través de Cristo, él luchó por hacer discípulos de Cristo y no discípulos suyos.

    El que una iglesia se encuentre deficiente en su discipulado, significa estar deficiente en la razón fundamental de su existencia. Si una organización descuida su declaración de objetivos fundamentales, no importa si es la mejor en otras cosas.

    Si Apple es deficiente en diseñar computadoras, no sirve de nada que ellos sean sobresalientes en la decoración interior y en las fachadas de sus tiendas. Si Starbucks es deficiente en su café, dominar el arte de la creación de fidelidad en el cliente no significa nada. Ser deficiente en la razón principal de tu existencia siempre es inadmisible.

    Hemos aprendido a hacer muchas cosas como líderes y miembros de iglesia:

    Construimos edificios.

    Diseñamos programas.

    Dotamos de personal a nuestra iglesia.

    Llevamos a cabo eventos.

    Reunimos gente para nuevos proyectos.

    Y mientras nuestra iglesia crece, llegamos a ser cada vez más diestros en un sinnúmero de cosas que van desde el posicionamiento de la marca hasta el mantenimiento del edificio. Pero, ¿estamos haciendo discípulos? ¿Nos hemos hecho expertos en muchas cosas mientras de manera simultánea somos deficientes en la única cosa que más importa?

    Cuando el apóstol Pablo sintió la necesidad de defender su ministerio, no apuntó a su destreza de líder, al tamaño de su personal, a la creatividad o innovación en su ministerio, a su habilidad como orador, ni siquiera al número de viajes misioneros que estaba organizando. Él simplemente señaló a las vidas transformadas de la gente.

    «¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros? Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón» (2 Cor. 3:1-3).

    Pablo prácticamente dice: «No necesito un currículum que destaque mi efectividad como un hacedor de discípulos. Miren las vidas transformadas porque esas vidas son mi currículum. Pero, por favor, comprendan que yo no hice esta hoja de vida. Cristo la hizo. Y cuando la escribió, Él la escribió en los corazones de las personas». La transformación es el resultado final de un verdadero discipulado.

    La observación dentro de la iglesia

    Así que, ¿cómo podemos nosotros (la Iglesia) saber si estamos llevando a cabo el discipulado que transforma? Nosotros hemos decidido estudiar este tema. En el 2008, el equipo de investigación de LifeWay estudió a 7000 iglesias para descubrir los principios involucrados con la condición de las congregaciones y publicó sus hallazgos en el libro La iglesia que transforma. Los resultados de dicho proyecto de investigación han ayudado a muchas iglesias a renovarse y a encontrar su lugar en la misión de Dios. El Instrumento de Evaluación de la Iglesia Transformacional (TCAT por sus siglas en inglés) es creado a partir de los resultados de ese estudio, está siendo utilizado por iglesias en localidades urbanas, suburbanas, rurales, domésticas e internacionales para redescubrir lo que Dios quiere que sean.

    En el 2010 el equipo de investigación de LifeWay se embarcó en otro ambicioso proyecto: evaluar a los creyentes en sus vidas espirituales y nivel de madurez. Construyendo sobre la investigación de La iglesia que transforma y el estudio detrás del libro The Shape of Faith to Come [El molde de la fe que vendrá] escrito por Brad Waggoner, observamos las áreas más grandes de la vida donde tiene lugar la madurez espiritual.

    La investigación se realizó en tres etapas. Primero se realizó un estudio cualitativo de los expertos en el campo del discipulado. Los miembros del equipo de investigación realizaron entrevistas con reconocidos expertos que incluían pastores, profesores y líderes de iglesias provenientes de distintos trasfondos. Aquí está la lista de los expertos con los que hablamos:

    Jerry Acosta, coordinador de evangelismo en la Convención Bautista Nacional de Venezuela.

    Francisco Aular, pastor en Canadá y fundador del Movimiento de Discipulado Bautista Latinoamericano (Latin American Baptist Discipleship Movement).

    Henry Blackaby, presidente de Blackaby Ministries y autor de Mi experiencia con Dios.

    Luis «Gary» Cesar, pastor principal de la Primera Iglesia Bautista Satélite (First Baptist Church Satelite).

    Marigene Chamberlain, profesor en Universidad de Samford (Samford University) y exmiembro de la Junta General de Discipulado, La Iglesia Metodista Unida (The United Methodist Church).

    Neil Cole, fundador y director de los Asociados de la Multiplicación de la Iglesia (Church Multiplication Associates).

    Robert Coleman, autor del libro Master Plan of Discipleship [Plan maestro de discipulado].

    Héctor Hugo Arias Contreras, líder de la Convención Bautista de Chile.

    Earl Creps, profesor de liderazgo y renovación espiritual en el Seminario Teológico de las Asambleas de Dios (Assemblies of God Theological Seminary) y autor de Off-Road Disciplines [Disciplinas fuera del camino].

    Edgard Castaño Díaz, pastor principal de la Iglesia Bautista Central, Bogotá, Colombia, y expresidente del Consejo Evangélico Colombiano (Colombian Evangelical Council).

    Jon Ferguson, pastor de la Iglesia Cristiana de la Comunidad (Community Christian Church).

    Ángel Mena García, pastor y líder denominacional con las Asambleas de Dios en Panamá.

    Alton Garrision, asistente del superintendente general, Asambleas de Dios.

    Billie Hanks, fundador de Operación de Multiplicación (Operation Multiplication).

    Alan Hirsch, fundador de Forge.

    T. W. Hunt, autor de La mente de Cristo y La doctrina de la oración.

    Mary Kassian, profesora en el Seminario Teológico Bautista del Sur (Southern Baptist Theological Seminary) y autora de In My Father’s House [En la casa de mi Padre].

    Larry Lee, secretario ejecutivo del Desarrollo de Liderazgo y de la Juventud de la Comunidad Nacional Evangélica Cristiana de Malasia (Youth and Leadership Development of National Evangelical Christian Fellowship Malaysia).

    Aubrey Malphurs, fundador del Grupo Malphurs (The Malphurs Group), profesor en El Seminario Teológico de Dallas (Dallas Theological Seminary), y autor de Advanced Strategic Planning and Strategic Disciple Making [Planificación estratégica avanzada y discipulado estratégico].

    Robertson McQuilkin, presidente emérito de la Universidad Internacional Columbia (Columbia International University).

    Jaime Riquelme Miranda, pastor y líder de la Alianza de Ministros Chilenos (Chilean Ministers Alliance)

    Alexander Montero, director de la Convención Bautista Nacional de Venezuela.

    Steve Murrell, pastor fundador de Compañerismo Victorioso, Manila (Victory Fellowship, Manila)

    Waldemar Morales Roca, director del Seminario Bautista de Guatemala.

    Leonard Sweet, professor en Drew University y autor de The Gospel According to Starbucks [El evangelio según Starbucks].

    Natán Velazquez, pastor de la Iglesia Bautista Emmanuel, Caracas, Venezuela.

    Víctor Villanueva, líder de la Convención Bautista Nacional de México y profesor en la Universidad Autónoma de Yucatán (Yucatan Autonomous University).

    Don Whitney, profesor de Espiritualidad Bíblica en el Seminario Teológico Bautista del Sur (Southern Baptist Theological Seminar) y autor de Spiritual Disciplines for the Christian Life [Disciplinas espirituales para la vida cristiana].

    Como puedes ver, se trata de un listado de líderes muy diverso. De estos expertos en el campo del discipulado, el equipo de investigación obtuvo una mejor comprensión de lo que está pasando en la iglesia, tanto en el ámbito local como en otros países (específicamente en el contexto hispano).

    Luego de la etapa de entrevistas con expertos, el equipo de investigación condujo un estudio de 1000 pastores protestantes en Estados Unidos. El estudio descubrió los diferentes tipos de ministerios para discipulado que se utilizan en las iglesias y el grado de satisfacción que los pastores tienen en cuanto a ellos. La investigación reveló una gran paradoja entre la esperanza que los pastores tenían de que las personas maduraran y el nivel de satisfacción que ellos tenían de que los creyentes realmente estuvieran madurando.

    Finalmente, el equipo de investigación de LifeWay realizó un estudio de 4000 protestantes en Norteamérica. De dicha cifra, aproximadamente 1100 residían en Canadá. El estudio se efectuó en tres idiomas: inglés, español y francés. Dicho estudio ampliaba el informe del inventario de formación espiritual (SFI, por sus siglas en inglés) que surgió de la investigación previa de Waggoner. En el informe del SFI, se identificaron siete disciplinas de la vida cristiana que proporcionaban un buen estado espiritual en el creyente. El equipo construyó sobre esas siete disciplinas y agregó factores basándose en las entrevistas a los expertos. Finalmente, la investigación arrojó una octava disciplina que determina el bienestar espiritual. De ahora en adelante nos referiremos a estas disciplinas como los atributos del discipulado.

    En los siguientes capítulos nos referiremos a las estadísticas de estos ocho atributos. Aunque este no es un libro de estadística pura, durante todo el libro se presentarán los hallazgos de la investigación. Creemos que la Biblia es suficiente para equiparnos para crecer en nuestra fe. También creemos que buscar comprender lo que Cristo está haciendo en Su pueblo en nuestros días es una sabia manera de proceder.

    Así que cuando veas una referencia a una estadística, no la leas demasiado rápido; sino haz como nosotros, busca aprender lo que Dios está haciendo con nuestros hermanos y hermanas en la fe. Todos nosotros debemos aprender qué prácticas y qué actitudes serán usadas más contundentemente por Cristo para transformarnos a Su imagen.

    Tristemente podemos realizar este osado diagnóstico basándonos en la investigación seria y de amplio alcance que hemos realizado:

    Hay una deficiencia en el discipulado en la mayoría de las iglesias que resulta en falta de transformación.

    En el estudio de 1000 pastores protestantes con respecto al estado de discipulado en sus iglesias, solo el 47% está de acuerdo con la declaración: «Estoy satisfecho con el estado de discipulado y de formación espiritual de nuestra iglesia local». Aunque el estudio reveló que la mayoría de las iglesias tienen el discipulado como propósito, la mayoría de sus líderes no están satisfechos con la efectividad de dicho ministerio.

    Cuando se le preguntó al mismo grupo de pastores sobre la frase: «Constantemente escuchamos testimonios de vidas cambiadas en nuestra iglesia», ellos escogieron 49% «completamente de acuerdo»

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