Nadadores a contracorriente
Por José Altshuler
()
Información de este libro electrónico
José Altshuler
José Altshuler (Melena del Sur, Mayabeque, 1929). Se graduó de Ingeniero Electricista en la Universidad de La Habana (1953) y realizó estudios complementarios de Electrónica y Telecomunicaciones en Londres. Desde 1956 ha publicado numerosos artículos y varios libros sobre electrotecnia teórica, historia de la ciencia y la tecnología, actividades espaciales, educación superior y responsabilidad social del científico. Iniciador en el país de las investigaciones sobre los fundamentos científicos de la ingeniería eléctrica y fundador de la sección de Ingeniería del Ministerio de Comunicaciones, tuvo una participación importante en la planificación y los primeros logros de la revolución técnica que se desarrolló en este ministerio entre 1959 y 1961. Impulsó la introducción de la especialidad universitaria de Telecomunicaciones, y participó destacadamente en la elaboración de los principios rectores de la reforma de la enseñanza superior cubana (1960-1961) y en su subsiguiente implementación en la Universidad de La Habana como vicerrector (1962-1963). Director-fundador del Instituto de Investigación Técnica Fundamental (1967-1982) de la Academia de Ciencias de Cuba y vicepresidente de esta (1976-1982), presidente de la Comisión Nacional para el Espacio Ultraterrestre (1974-1985) y Miembro de la Comisión Nacional de Grados Científicos (1977-1995). Doctor en Ciencias, Investigador de Mérito, Profesor Titular de la Facultad de Tecnología de la Universidad de la Habana (1960-1966) y Doctor Honoris Causa del ISPJAE (2004). Es Académico de Honor y actual presidente de la Sociedad Cubana de Historia de la Ciencia y la Tecnología.
Relacionado con Nadadores a contracorriente
Libros electrónicos relacionados
¡Filología del futuro!: Críticas a El nacimiento de la tragedia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUtopía y reforma en la Ilustración Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAl servicio del Reich: La física en tiempos de Hitler Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La industria del Holocausto: Reflexiones sobre la explotación del sufrimiento judío Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Gran Hotel Abismo: Biografía coral de la Escuela de Frankfurt Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFilósofos de la paz y de la guerra: Kant, Clausewitz, Marx, Engels y Tolstoi Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesWittgenstein Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas dos culturas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Oppenheimer y la bomba atómica Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La subversiva Simone Weil: Una vida de cinco ideas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVida y pensamiento de Alexandre Kojève: La acción política del filósofo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEinstein: Notas de lectura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa razón después de su eclipse. Sobre la Teoría Crítica tardía Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLenin: Una vida para la revolución Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAnte la catástrofe: Pensadores judíos del siglo XX Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesIlustración, progreso, modernidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPrimo Levi. Su legado humanista Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNicolás Maquiavelo: Cuestiones disputadas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna sobria inquietud: Karl Löwith y la filosofía Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa crisis del siglo XVII: Religión, Reforma y cambio social Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Filosofía y democracia: John Dewey Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesContra la corriente Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La escuela del desencanto Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos rostros de la injusticia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Dialéctica de la Ilustración: Fragmentos filosóficos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMás allá de la filosofía: Escritos sobre cultura, arte y literatura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesObras II. Hombre y mundo en los siglos XVI y XVII Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNietzsche actual: reflexiones ineludibles sobre un clásico intempestivo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAbstracción y naturaleza: Una contribución a la psicología del estilo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDe la honda a los drones: La guerra como motor de la historia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Ciencias sociales para usted
Como Seducir a Una Mujer Casada Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Illuminati: los amos que controlan el mundo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La sociedad del miedo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Diccionario de lenguaje no verbal: Una guía del comportamiento humano Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Psicopatología básica Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El libro negro de los Illuminati: La gran conspiración para dominar el mundo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las mejores frases y citas célebres Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Habilidades de Conversación para Introvertidos: Descubre cómo interactuar socialmente cómo un extrovertido natural y a ser la persona más interesante del lugar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAnunnaki para principiantes: el origen extraterrestre de la humanidad Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Masonería: Todo lo que necesita saber sobre la masonería, desde su historia hasta sus prácticas y rituales Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl lenguaje del cuerpo: Una guía para conocer los sentimientos y las emociones de quienes nos rodean Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Como ser un imán para las personas: 62 Estrategias simples para construir relaciones fuertes e impactar positivamente en la vida de todas las personas con las que te comunicas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCómo Aniquilar la Adicción al Porno: Pasos muy Sencillos para Eliminar por Completo la Adicción a la Pornografía y Mejorar tu Vida Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una habitación propia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Heridas que no sangran: El maltrato psicológico/emocional y sus efectos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCómo Analizar a las Personas con una Mirada - 27 Señales Inconfundibles que Otros Dan Sin Darse Cuente y lo Que Significan Calificación: 4 de 5 estrellas4/5PNL: Domina tu mente y aprende como atraer el dinero con técnicas de Programación Neurolingüística Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Comentarios para Nadadores a contracorriente
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Nadadores a contracorriente - José Altshuler
A.
1 Una aproximación
personal a Leonardo*
* Palabras pronunciadas el 22 de noviembre de 2002 en la basílica menor de San Francisco de Asís, a propósito del aniversario 550 del nacimiento de Leonardo de Vinci.
No recuerdo cuándo oí hablar de Leonardo de Vinci por primera vez. Fue quizás en relación con su Monna Lisa, cuadro del que se ha dicho que es el más célebre de todos en el mundo. Pero lo que sí puedo asegurar es que me familiaricé con algunos otros detalles de la increíble obra polifacética del florentino cuando le tocó el turno al renacimiento italiano en los estudios de historia universal que cursaba en el segundo año de bachillerato, hace la friolera de seis decenios. De eso estoy seguro porque aún conservo el manual por el cual estudié. Allí no solo se alaba a Leonardo como artista, junto a Miguel Ángel, Rafael, Tiziano y Tintoretto, sino que se lo singulariza en esta anotación al pie:
[...] fue el más perfecto símbolo del Renacimiento. Tenía sed de sabiduría y anhelo de conocer y dominar los misterios del Universo. Abarcó todas las ramas del saber, desde la poesía y las ciencias hasta la metafísica y el arte. Sorprenden sus ideas sobre el empleo de los gases venenosos, el carro blindado para la guerra, el submarino, el aeroplano; las fortalezas polígonas, provistas de pasajes subterráneos y bóvedas sólidas, etc.[3:11]
Aval semejante tenía que estimularme a acudir a la primera fuente que apareciese para obtener información adicional sobre el caso. A veces esta se presentaba inesperadamente, como sucedió cuando me tropecé en una obra de Freud con su ensayo sobre un recuerdo infantil de Leonardo.[1] Eso fue en nuestra Biblioteca Nacional, que a la sazón estaba instalada en el antiguo castillo de La Fuerza, construcción que de alguna manera armonizaba con nuestro hombre en tanto que arquitecto militar.
En el verano de 1954, desembarqué en Génova, camino de Londres, donde había de permanecer un año realizando estudios de posgrado, gracias a la beca que me había otorgado la Universidad de La Habana al terminar mis estudios de Ingeniería Eléctrica. Fue entonces cuando se me presentó la oportunidad de admirar directamente y no a través de reproducciones, la obra de los grandes artistas del renacimiento italiano en Roma, el Vaticano y Florencia. Confieso con un poco de rubor que, como resultado, si bien creció mi admiración por la imponente obra de Miguel Ángel, no me deslumbró en absoluto lo poco que en la Galería de los Uffizi pude ver de Leonardo, de manera que este continuó impresionándome bastante más como dibujante, ingeniero e inventor. Posiblemente contribuyó a consolidar esta visión mía de entonces, un número especial que cierta revista italiana de divulgación científica le había dedicado dos años antes al gran florentino, en ocasión de celebrarse el quinto centenario de su nacimiento.[6] Aquella publicación, que aún conservo y creo haber adquirido al pasar por Milán, contiene, en efecto, alrededor de una docena de artículos sobre Leonardo mecánico e ingeniero, geólogo, arquitecto militar, investigador del vuelo de las aves, inventor del submarino elástico, etc., y solo uno dedicado a su técnica artística.
Leonardo de Vinci (1452-1519)
(Autorretrato, c. 1512).
Pero mi visión de Leonardo había de recuperar el equilibrio en forma inesperada, al toparme con su Virgen de las rocas cuando visité por primera vez la Galería Nacional londinense. No podría yo explicar la magia de aquella rara escena donde, independientemente de su connotación religiosa, unas figuras tan delicadas como inquietantes parecen entregarse a un ritual místico, al amparo de un misterioso recinto subterráneo. El cuadro me atrapó de inmediato, y tanto que me hizo volver más de una vez solo para pasarme quince o veinte minutos contemplándolo. Luego me enteré que se trataba de una copia sin terminar —bien que realizada por el propio Leonardo y alguno de sus discípulos— del original que se encuentra en el Museo del Louvre y que la mayoría de los expertos consideran superior. Yo, que nada tengo de experto, ni siquiera de aficionado, no puedo decir lo mismo, porque para mí al cuadro del Louvre le falta la peculiar magia que he dicho y que no he vuelto a hallar en otras obras maestras del arte pictórico... quizá por aquello de que «la pintura es cosa mental», como escribió el propio Leonardo, aunque con diferente