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Lucifer, ángel de luz y oscuridad.
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Libro electrónico273 páginas5 horas

Lucifer, ángel de luz y oscuridad.

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El nombre de Lucifer solo se haya mencionado una vez en toda la Escritura, y sin embargo sigue siendo considerado como la influencia maligna más poderosa del mundo. Así ha sido desde los tiempos de Adán y Eva hasta nuestros días, y así permanecerá hasta que el Juicio Final se derrame sobre la tierra. 
¿Cual es la meta final de Lucifer? ¿Como podemos enfrentar a un adversario tan temible, cuando incluso los ángeles con su fuerza sobrenatural, no se atreven a cuestionar? Sin embargo, dado que la Biblia nos advierte que Lucifer es el dios de este mundo, podemos preguntarnos ¿qué clase de mercancía usará para tentarnos al pecado?
Las Escrituras son claras en su descripción, sobre quién es y que busca. Siendo los seres falibles que somos, ¿como podemos resistir las tentaciones malignas que buscan apartarnos del verdadero Dios de los cielos, quien es el Creador de todas las cosas? Es Dios quien separó la luz de la oscuridad, según el capítulo primero del Génesis, y es quien también separó el bien del mal por medio de su Palabra Viva, Jesucristo. Por lo mismo es en el quien ponemos nuestras esperanzas de salvación, no en Lucifer ni en nosotros mismos. 
Este trabajo pretende revelar quien realmente es Lucifer, nuestro gran adversario, sus atributos, sus mercancías y sus metas. Pero sobre todo, este trabajo pretende revelar quien es el rey de Reyes y Señor de Señores. 
 

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento28 oct 2018
ISBN9781547552849
Lucifer, ángel de luz y oscuridad.

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    Lucifer, ángel de luz y oscuridad. - Kenneth Gullett

    Prefacio

    Podemos hallar una influencia maligna detrás de toda injusticia. Esta maldad se encarna en Lucifer, aquel quien estando en el cielo, concibió el pecado. Podemos ver cómo la maldad y la violencia se expande a través del mundo, es evidencia de una guerra espiritual entre la Luz y la Oscuridad. Pero, ¿dónde se originó esta maldad?, ¿cómo se originó?, ¿qué podemos hacer para enfrentarla?, ¿quién saldrá victorioso al final? Se trata de una guerra espiritual por el control del alma de los hombres, dominación mundial y por la determinación de quién es Dios. 

    Como en cualquier guerra, es de suma importancia que conozcamos a nuestro enemigo, quién es, sus fortalezas, debilidades, qué quiere y especialmente como podemos enfrentarlo. Todo esto puede ser hallado en la Palabra de Dios. 

    Lucifer odia todo lo que es bueno y justo incluido Dios mismo, aquel que es perfecto en amor, misericordia, gracia, paz, justicia y quien representa todo aquello que es bueno. Lucifer, entonces, se opone a la voluntad de Dios y a su Palabra Viva, el Señor Jesucristo, el Verbo Divino Encarnado; de la misma manera que ha tratado de usurpar el lugar del Altísimo en el Cielo, ha engañado a un tercio de los ángeles y a Eva en la tierra.  

    ¿Quién es Lucifer?, ¿qué quiere?, ¿qué usa para alcanzar sus objetivos? y ¿cuál será su desenlace final? De eso trata este libro.

    CAPÍTULO 1

    ÁNGELES, UNA PERSPECTIVA GENERAL

    Dios en su infinita sabiduría, hizo al hombre a Su imagen y semejanza, de acuerdo a Génesis 1: 6. El hombre mismo es una creación única como ninguna otra justo por haber sido hecho a imagen del Creador y siendo un poco menor que los ángeles, quienes cronológicamente fueron los primeros seres creados. Podemos hallar una referencia a esta afirmación en la carta a los Hebreos 2:7 Tu lo hiciste un poco menor a los ángeles y lo coronaste con honor y gloria, y lo pusiste sobre las obras de tus manos. Deducimos de las Escrituras que el orden jerárquico descendiente de las criaturas vivas son ángeles, humanidad y animales. 

    De entre los ángeles, Lucifer fue quizá el más prominente, tanto en apariencia como en posición. Aunque no hay apoyo en las Escrituras, podemos suponer que él bien pudo haber sido la primera creación, el representante de todos los ángeles; de la misma manera que Adán, al ser el primer hombre, representó a la humanidad. O quizá hayan sido creados todos al mismo tiempo, eso no solo sabemos con certeza. Al respecto, no contamos con un sustento en las Escrituras para poder determinar el número o el orden exacto de la creación divina.

    Ambos Adán y los ángeles fueron creados con una voluntad libre, entre otros valiosos rasgos. La gran diferencia es que cuando Lucifer pecó, como veremos en los siguientes capítulos, tuvo la oportunidad de engañar a otros ángeles a fin de seguirlo; mientras que Adán, por cuanto pecó, heredó su naturaleza caída a toda la humanidad. La naturaleza de Lucifer permaneció en cambios constantes, para hacer frente de forma natural a Dios.

    Por otro lado y en contraste, Lucifer posee un considerable conocimiento de las Escrituras y de su propio juicio final; sin embargo, alterar su destino no está en su naturaleza. Tras pasar miles de años atado en un pozo sin fondo, las Escrituras afirman que será liberado por un pequeño periodo de tiempo, para hacer lo que sabe hacer. De la misma manera como fue aprisionado en el pozo, así será liberado. 

    Los ángeles son seres creados para vivir en un reino espiritual. Cuando Dios creó a los ángeles, en su infinita sabiduría, parece ser que creó un número determinado de ellos. Así como la creación de Adán, que fue creado hombre maduro, no como niño, el autor considera que los ángeles fueron creados en un estado de total plenitud. Eso es, teniendo pleno conocimiento y conciencia de quienes son, con la habilidad de interactuar con su Creador, mientras conservan su libre voluntad junto a la responsabilidad que esto conlleva. En respuesta natural, ellos llevaban a cabo su propósito particular al mismo tiempo que se notaba como Dios los tomaba en cuenta. 

    En la Carta a los Hebreos 12:22, leemos sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles. Hago énfasis en la frase muchos millares de ángeles, pues para nosotros esto parece indicar un número de ángeles tan vasto que va más allá de nuestra comprensión; pero esta impresión no le ocurre a Dios, nuestro creador omnipotente. El autor sostiene que existen un número determinado de ángeles que son conocidos sólo por Dios. La evidencia para sostener esta creencia puede ser encontrada en dos pasajes que son referencia al trono mismo de Dios. El primero es Daniel 7: 10 Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos, y en Apocalipsis 5:11 Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones. Éste número jamás aumentaría o se reduciría pues los ángeles no tienen vástagos. En el evangelio según Marcos 12:25, Jesús hablaba con los Saduceos sobre la resurrección, porque cuando resuciten los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos. Ésta declaración nos señala que los ángeles no necesitan ese tipo de relaciones de las cuales un hijo es el producto. Ésta evidencia bíblica demuestra que el número de ángeles fue determinado y todavía podemos hacer una afirmación adicional, que el número de seres humanos está también determinado. Ésta determinación se sostiene considerando el momento en la historia en el que la misma muerte sea destruida, cuando Jesucristo ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. Citamos solo una de las muchas referencias bíblicas con 1 de Corintios 15:26 El postrer enemigo que será destruido será la muerte. Cuando este evento tenga lugar la muerte no será más; según Apocalipsis 20: 12 - 15 "Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego". El número de seres humanos tampoco cambiará después de estos eventos, es un número ya conocido solo por Dios, de la misma manera que el número de ángeles. 

    Otro dato importante es que los ángeles no son eternos, solo Dios lo es. Isaías 57: 15 dice "Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo..., la eternidad es el tiempo siempre presente. No hay pasado, ni presente, ni futuro; es ajeno a cualquier noción y efecto del tiempo. Las palabras pasado, presente y futuro descansan como concebimos el tiempo, a Dios no le afecta el tiempo, él es eterno. Él es el Yo soy". 

    Sin embargo en lo que se refiere al texto bíblico, no hay indicios de que los ángeles experimenten la muerte física como nosotros lo hacemos, así como parece que habitan en un reino donde no se ven afectados por el paso del tiempo o la enfermedad; su fuerza y aspecto físico también permanecen intactos. Lo único que puede cambiar de los ángeles es su voluntad, como cuando Lucifer engañó a un tercio de los ángeles y estos ajustaron sus deseos para obedecer a aquel a quien seguían. Sabemos que en consecuencia a su pecado se separaron de Dios, esto implica que ellos serían tomados como muertos delante de Dios o la llamada muerte espiritual, sin poder gozar de la comunidad y la comunión con su creador como lo hacían antes de haber caído. Estos ángeles estarían siempre separados del Señor por su pecado y sin tener a alguien que interceda por ellos, de la forma que Jesús lo hace para con nosotros, como nuestro Mediador. 

    Salmos 90:2 dice "Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios", esto quiere decir que antes de crear los cielos y la tierra, Dios creó el tiempo.

    En el capítulo 38 del libro de Job, Dios hace muchas preguntas a Job, una en particular al respecto de la fundación de la tierra. Tanto en los versículos 4 y 7 Dios hace mención sobre cómo alababan las estrellas de la mañana, que es otra forma de referirse a los ángeles, mientras se llevaba a cabo la creación de la tierra; veremos detalles sobre esta frase más adelante. Este pasaje alude a dos grupos específicos de ángeles, el primero es llamado las estrellas de la mañana, lo cual nos indica que es muy probable que Lucifer haya formado parte de este grupo, pues recordemos que Lucifer significa Lucero de la mañana. El otro grupo son los hijos de Dios, quizá una referencia a todos los demás ángeles; aunque debemos admitir que no lo sabemos a ciencia cierta, existe evidencia bíblica para sostener ésta interpretación, como también lo veremos un poco más adelante. Podremos ver en el contenido de este capítulo a  Dios como un Dios de diversidad pues veremos a los ángeles en diferentes tareas, con diferente poder y posición respecto a los demás. 

    Imaginen qué maravilloso espectáculo para contemplar, los ángeles siendo testigos del poder creativo de Dios. La tremenda y enorme complejidad de un evento sobrecogedor, de tal forma que solo evoca la alabanza al Dios Todopoderoso. Sin duda los ángeles gritaban de alegría y gozo. Una asombrosa muestra de poder, sabiduría y comprensión. Pero, ¿por cuánto tiempo los ángeles habitaron en la presencia de Dios antes de la fundación del mundo? Ese periodo de tiempo es desconocido, excepto para Dios. Sin embargo, nosotros podemos asumir que ese periodo llegará a su fin por el Juicio del Gran Trono Blanco, cuando todas las cosas serán completas según el propósito de Dios. 

    Casi nada se ha dicho de la actividad diaria de los ángeles, su interacción entre ellos o de qué manera Lucifer ganó la influencia necesaria para someter a un tercio de los ángeles bajo sus engaños. Tampoco sabemos el tiempo que le requirió para llevar a cabo semejante acto. Lo más razonable sería atribuir a Dios estos hechos, ya que Él creó a los ángeles como individuos, que poseen una voluntad propia y que son responsables por sus propios actos. Sin embargo y por decirlo así, Dios no estaba constantemente mirando sobre sus hombros, dirigiéndolos a cada paso. Dios les dio la libertad para hacer lo necesario conforme a sus respectivas posiciones y responsabilidades. Justo como a Adán en el Jardín del Edén que le fue dada total responsabilidad y libre voluntad para ejercitar sus dones y habilidades, Dios no interfirió durante la actividad diaria de Adán, porque si así lo hacía ¿dónde estaría la responsabilidad? Sin embargo, recordemos que Dios sabe todas las cosas y nada se oculta de Él, pues es Omnisciente. Él dio a los hombres y a los ángeles la libertad de ser y hacer. Por ejemplo, en Génesis 3: 8 Dios vino a Adán durante el día, una vez que Adán había acabado su trabajo en el jardín; vemos  entonces que Dios buscaba una relación cercana con Adán. Así como los padres amorosos proveen a sus hijos con ropa, protección y refugio, de esa misma manera establecen reglas algunas de las cuales los pequeños no pueden entender, reglas morales y otras. De esta forma, los padres dejan a los niños ser niños, jugar y hacer amigos e incluso cometer errores; un padre confiable está siempre viendo y salvaguardando a aquellos a quienes ama. 

    Otro aspecto de los ángeles es que fueron creados como individuos, diferentes y únicos. Podemos ver como los ángeles tienen posiciones individuales, responsabilidades y habilidades. La Biblia nos da algunos ejemplos:

    El nombre del ángel Gabriel (Strong 1403 y 1043) significa el hombre fuerte de Dios y lo encontramos entre otros versículos en Daniel 8:16 y 9:21, notamos en este último versículo cómo voló rápidamente hacia Daniel, para luego en Daniel 10:11-13 aparecerse como el enviado de Dios a fin de revelar la interpretación de la visión. Luego en Lucas 1:19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas, y Lucas 1:26 Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret. Entonces, hallamos a un ángel llamado Gabriel, que estaba en la presencia de Dios y uno de sus deberes era entregarle a los hombres el mensaje del Señor. 

    Los ángeles se encuentran limitados a una localidad, solo Dios es Omnipresente. El ángel Gabriel muestra la capacidad de volar para ir de la presencia de Dios a la tierra. Ezequiel 1:14 describe la velocidad a la cual los ángeles o las criaturas vivas se pueden desplazar. (Y los seres vivientes corrían y volvían a semejanza de relámpagos.) Vemos como se usa la frase seres vivos para referirse a los ángeles.

    En otro ejemplo, tenemos conocimiento de un ángel llamado Miguel (Strong 4317 y 3413), cuyo nombre significa ¿quién es como Dios?. Es mencionado en Daniel 10:13 Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia. Éste Miguel, a diferencia de otro Miguel mencionado anteriormente en las Escrituras, es un ángel. Cuando Gabriel es mandado ante Daniel, el príncipe de Persia (quizás una representación de Satán o algún otro ángel fuerte) había obstaculizado a Gabriel durante veintiún días.

    Esto nos indica que los ángeles pueden comunicarse entre sí y que su fuerza, aunque mayor que la nuestra, tiene límites, y pueden requieren de la ayuda de otros ángeles. Desde el versículo 13 al 21 del capítulo 10, y en el capítulo 12:1 del libro de Daniel, Miguel se presenta como el ángel guardián del pueblo Judío. En capítulo 12:1 dice En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo.... En Judas versículo 9 Miguel es referido como el arcángel que representa a Moisés un miembro del pueblo judío. Apocalipsis 12:7 declara que Miguel peleó  en contra de Satanás con un ejército de ángeles. Apocalipsis 12:7-8 "Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo".

    Sólo con Gabriel y Miguel podemos inferir muchas cosas: 

    Ellos difieren entre sí, cada uno es único. 

    Tienen la habilidad y la autoridad para hacer el trabajo de Dios, así como cuentan con una manera rápida de viajar.

    Su fuerza es diferente.

    Sus deberes son diferentes. 

    Pueden comunicarse entre ellos y con los hombres.

    Tienen acceso directo a Dios.

    Tienen la habilidad de pelear.

    Tienen nombres individuales. 

    Traducen la Palabra de Dios a los hombres. 

    Otro nombre de ángel es Lucifer (Strong 1966), que significa aquel que brilla. Esta palabra solo es usada una sola vez en toda la Biblia, en el libro de Isaías 14:12. ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Los demás nombres asociados con Lucifer serán referidos más adelante. 

    Finalmente, el otro nombre que podemos considerar como un individuo y también como un grupo de ángeles es Legión (Strong 3003). Técnicamente es una armada de entre 6,000 y 60,000 tropas de apoyo, un nombre propio para un colectivo de demonios. Ésta referencia la localizamos en Mateo 5:9, Mateo 5:15 y Lucas 8:30

    Un aspecto interesante, desde nuestra perspectiva, es que normalmente no podemos ver a los ángeles, a menos que se presenten en forma humana o se revelen a través de visiones, sueños que nuestros ojos sean abiertos para ver espíritus, como veremos a continuación. Aun así, parece que los ángeles pueden vernos y están ahí frente a nosotros en nuestra vida cotidiana, algunos incluso son nuestros propios ministros personales en espíritu. Hebreos 1:14 ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?.

    En el Segundo libro de Reyes, capítulo 6, el rey de los Sirios habría atacado al pueblo de Israel y en cada ocasión Eliseo, el varón de Dios, habría advertido al rey de Israel para intentar frustrar dichos empeños (2 Reyes 6:10). El rey de los Sirios demandaba conocer cuál de sus soldados lo había traicionado, pero no había sido ninguno, sino que veía negados sus empeños por la intervención de Elíseo, el varón de Dios. Y así, el rey de los sirios envió un gran ataque en contra de Eliseo y rodeó la ciudad donde dicho profeta se encontraba. Al ver al ejército enemigo el sirviente del profeta se alteró y dijo a su maestro ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos? En el verso 17 podemos leer: Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo. De esta manera el sirviente de Eliseo pudo ver las huestes celestiales reunidas para proteger a su señor, quien por su parte pudo ver desde un principio el apoyo divino. El pasaje sugiere que si nosotros pudiéramos ver espiritualmente, podríamos también ver ángeles. Es nuestro propio pecado y duda lo que nubla nuestra visión a los seres espirituales. 

    En otros pasajes, Jacob vio en sueños a los ángeles de Dios subiendo y bajando una escalera que llegaba al cielo (Génesis 28:12), Balaam también abrió sus ojos y pudo ver al Ángel del Señor  en Números 22:31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro. Hoy día incluso, podemos ver ángeles representados en hombres cuando hospedamos a extraños, como dice en Hebreos 13:2 No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaros ángeles

    Este es otro asombroso aspecto de los ángeles es que pueden tomar la forma de hombres. Génesis 18 nos cuenta como Abraham hospedó a tres hombres, uno de los cuales era Cristo pre-encarnado, los otros eran ángeles en forma de hombres. En Génesis 19 llegaron dos ángeles (quizá los mismos dos que acompañaban a Jesús y a Abraham, evidentemente en forma de hombres) frente a Lot y los habitantes de Sodoma los vieron como hombres. El propósito de estos ángeles era sacar a Lot, su esposa e hijas de Sodoma, antes de que tuviera lugar la destrucción de dicha ciudad. La seguridad de Lot y su familia nos autoriza a nombrarlos como

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