Semillas: De Fe...

Por Maribel Roman - Santiago

Sembrando La Palabra de Dios, en el corazn del hombre y la mujer de este siglo... Cada reflexin es una semilla de fe basada en las Sagradas Escrituras. En ellas encontrars palabras de fortaleza o de anlisis interno para tu vida. Palabras que podrs emplear para profundizar ms en las Sagradas Escrituras, o para ver la vida desde otra perspectiva. La perspectiva que Dios tiene pensada para ti!

• Idioma: Español
• Editorial: WestBow Press
• Fecha de lanzamiento: 6 ene 2014
• ISBN: 9781490819280

Maribel Roman - Santiago

Maribel Román – Santiago, posee una maestría en educación y está en el proceso de terminar su doctorado. En su libro: Aunque Ande en Valle de Sombra de Muerte, No Temeré, narra sus experiencias de vida y cómo Dios ha sido su refugio en medio de las más tempestuosas tormentas espirituales. Su vida devocional le inspiró a escribir este segundo libro. Ella y su esposo José, tienen tres hijas: Cindy Michelle, Taisha Liz y Leslie Ann. Actualmente residen en el estado de Maryland, donde trabaja como educadora.

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Semillas

de fe…

Maribel Roman - Santiago

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Copyright © 2014 Maribel Roman - Santiago.

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Reina Valera 1960

Dios Habla Hoy

Nueva Versión Internacional

Traducción en Lenguaje Actual

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ISBN: 978-1-4908-1930-3 (sc)

ISBN: 978-1-4908-1932-7 (hc)

ISBN: 978-1-4908-1928-0 (e)

Library of Congress Control Number: 2013922624

WestBow Press rev. date: 01/03/2014

CONTENIDO

DEDICATORIA

PREFACIO

INTRODUCCIÓN

SEMBRADORES

¡SÍGUEME!

TRONCO

SOÑADORES O VISIONARIOS

TEMPESTAD

ESCONDIDOS

PLANES

CORRAMOS

LLAMAMIENTO

ARAÑAS

AFLICCIÓN

PROCESOS

ENFRENTANDO NUESTROS GIGANTES

¿QUÉ TE ROBÓ EL ENGAÑADOR?

IMITADORES

¿QUÉ HARÍAS TU SI SUPIERAS QUE PRONTO VAS A MORIR?

RIVALIDAD

¿QUÉ OYES?

¿CONVERTIDOS?

¿VALE LA PENA EL SACRIFICIO?

PERSEGUIDOS

RECOMPENSA

BALANCE

NUBES

SANGRE

LADRONES

HERMOSA RECOMPENSA

HIJO DE RAMERA

ESCLAVOS

NUEVOS

EMPRESARIOS

AMOR INCONDICIONAL

¿ASUSTADOS?

PAZ

TU SUEÑO

POR AMOR

SOBRENATURAL

A.T.H.

AUNQUE TE CUESTE

LA EDAD, ¿UNA EXCUSA?

LAS RIQUEZAS

MIRANDO HACIA LA META

DECÍDETE

CUÍDATE

DIOSES AJENOS, PRIORIDADES

AGRADECIDOS, FIDELIDAD

CREE

REQUISITOS

DIOS NOS HA CONVOCADO

LOS ERRORES

POBREZA

HORMONAS

ESPERA

CALLA

FE

EL PADRE

CONSTRUYAMOS

BOOMERANG

ROPA SUCIA

NO SOMOS DE ESTE MUNDO

OCIO

PLANES DE DIOS

PENSAMIENTOS

¡CUIDADO!

¿JUSTO? ¿SABIO?

HUYENDO DE LOS PLANES DE DIOS

INCREDULIDAD

VASOS DE BARRO

TEMPESTAD

METAS

LA IRA DE JEHOVÁ

VIOLENCIA

PROVISIÓN

TESTIFICANDO

MEJORES AMIGOS

INSOMNIO

¿QUIÉN ES DIOS?

KAIROS

IMPULSIVOS

DOS PALABRAS

VALENTÍA

TARDANZA

MAESTRA

QUITA LA PIEDRA

DEDICATORIA

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A mi amada familia, por su apoyo incondicional.

¡Gracias por hacer de mí la hija, hermana, esposa, madre y mujer que soy!

¡Les amo!

PREFACIO

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Nuestro mundo precisa modelos para imitar, personas con testimonio e integridad, cuyas vidas sean una inspiración para otros seguir. Maribel Román – Santiago es una de esas personas que es sal de la tierra y luz en un mundo oscuro. Conozco su familia y parte de los procesos difíciles y a veces dolorosos que han vivido para alcanzar madurez.

Cada meditación expuesta en este libro es fruto de su tiempo a solas con Dios y sus experiencias personales. Además, contiene muchas anécdotas edificantes e ilustraciones interesantes.

Oramos a Dios para que a medida que lea cada meditación, se remonte como el águila a las alturas y reciba paz, fortaleza, exhortación y alimento espiritual.

Emprendamos todos, juntos y unánimes, un peregrinaje espiritual a través de los pensamientos profundos y prácticos de este devocionario.

Reverendo Orlando Félix

Pastor General Iglesia Cristiana Senda de Amor, Movimiento Internacional

Dorado, Puerto Rico

INTRODUCCIÓN

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Luego de haber publicado mi primer libro, comencé a recibir comentarios de algunos lectores acerca de cómo habían sido impactados con mi testimonio. Otros lectores se identificaban con el mismo, mientras otros reconocían que los milagros aún existen. Esa experiencia me llevó a continuar escribiendo y mi devocional diario se convirtió en mi clase diaria. Comenzaba a leer la Biblia y de repente ya tenía un mensaje en mi mente para compartir con alguien más. Era como si alguien me estuviera dictando qué escribir. Las ideas fluían a mi mente una detrás de la otra. Luego, las experiencias diarias se convirtieron en lecciones de vida. Así comencé a compartir y coleccionar los mensajes hasta el día de hoy. Es por eso que deseo compartirlos, porque sé que serán de bendición a tu vida, como lo han sido para la mía y las de otros.

¡Dios te bendiga!

SEMBRADORES

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«He aquí el sembrador salió a sembrar» (Mateo 13:3)

Somos sembradores. El sembrador sale con la intención de sembrar las semillas en un lugar específico. Mientras camina, algunas van cayendo de su canasta. Caen por el camino y ni siquiera el sembrador se da cuenta de su pérdida, porque son muy pequeñas. Otras caen entre las piedras que hay junto al camino. Otras caen entre los espinos, porque no todo el camino es bueno, hay lugares del camino que son difíciles, pero el sembrador debe pasar por allí para llegar al lugar designado para la siembra. Lugar en el que germinarán y darán mucho fruto. Es la única intención del sembrador, que sus semillas produzcan frutos.

Las semillas que son sembradas en el terreno y tiempo correctos, regadas con agua, bañadas con suficiente sol, alumbradas por la luna y acariciadas por la brisa de la noche, crecerán y darán frutos. No todas darán la misma cantidad de frutos, pero todas ciertamente se multiplicarán.

¡Sembrador, no dejes de caminar! Mantén las semillas en tu canasta, consciente de que siempre caerán algunas antes de llegar a tu destino, al que Dios te ha enviado, el que Dios ha preparado para ti. Dios es quien da el crecimiento. Entonces, sembrarás y Dios te prosperará. El camino es sólo una enseñanza. Así que, Sembrador, toma tu canasta, es hora de marchar hacia la tierra fértil. Camina, siembra, nunca dejes de sembrar.

¡SÍGUEME!

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«Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos y le dijo: sígueme. Y levantándose, le siguió» (Marcos 2: 14)

¿Qué hacían? Simón y su hermano Andrés echaban la red al mar porque eran pescadores (Marcos 1: 16). Jacobo y Juan estaban trabajando con su padre, Zebedeo, remendaban redes en la barca (Marcos 1: 19). Leví (Mateo), hijo de Alfeo, estaba sentado al banco de los tributos públicos (Marcos 2:14). ¿Qué estaban haciendo cuando fueron llamados? Estaban trabajando. Eran especialistas en sus áreas: pescadores, remendadores de redes, recaudadores de impuestos. Cada uno trabajaba en su campo. Ninguno estaba ocioso. ¿Cómo reaccionaron al llamado que Jesús el Nazareno les hizo? Inmediatamente dejaron de hacer lo que estaban haciendo y le siguieron. No preguntaron nada, solamente le siguieron. ¿Hacia dónde, cómo, cuándo, por cuánto tiempo, con quién, quienes? No lo sabían, sólo confiaron y caminaron con Él.

Caminaron una jornada que únicamente se vio interrumpida unos días, tras la muerte de Jesucristo en la cruz del calvario. Una jornada que duraría una eternidad, no porque ellos fueran eternos, sino porque el llamado que Jesús les hizo tuvo efecto en la eternidad. Me hace recordar el devocional que escribió Lettie B. Cowman (1870–1860), «Manantiales en el Desierto». Es un libro que fue escrito, bajo inspiración divina, en un momento dado durante el siglo XIX y cuyas palabras repercuten en los corazones de la humanidad del siglo XXI. Así mismo, el Nuevo Testamento fue escrito para narrar la vida, obra, planes y propósito de la vida de Jesús, para que hoy todos tuviéramos la oportunidad de heredar la vida eterna.

Amados, Dios nos llama así como llamó a Simón (Pedro), Andrés, Jacobo, Juan y Leví, para que el legado de Su Palabra sea recibido a través de nuestros testimonios y, así mismo, repercutan en la eternidad. La Palabra no fue dada para callarla; por lo que una perla no puede ser encerrada en un cofre. La Palabra fue dada para publicarla, tal cual las perlas fueron creadas en la profundidades, para ser exhibidas en la luz. Es en la luz que las perlas adquieren su gran precio…

No podemos callar la Palabra que arde en nuestros corazones. Hemos sido llamados para caminar, sin preguntar hacia dónde, ni cómo; sólo caminemos como hicieron los primeros apóstoles. Dios se encargará de mostrarnos el camino. Cuando lleguemos frente al mar rojo y miremos lo que tenemos en nuestras manos, nuestros talentos, nuestras experiencias, entonces las levantaremos en lo alto, tocaremos la orilla del mar. Allí se abrirá el imponente mar frente a todos, para que tú y el pueblo que camina delante y detrás, pasen y lleguen hasta la otra orilla. La orilla de la salvación y la vida eterna, hacia la Tierra Prometida.