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La Cruz Sobre La Roca
La Cruz Sobre La Roca
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Libro electrónico194 páginas3 horas

La Cruz Sobre La Roca

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Segn piensa el hombre en su mente, as el tal es. Bienaventurado, es aquel, cuyo pensamiento en Dios persevera.
Escuchad cielos, y hablar; dice el Seor Todopoderoso, Jess roca de la eternidad, l te invita a su mesa hoy. T le dirs y l te escuchar, y exhibir tu justicia como la luz del sol a medio da, y t como su siervo, sers prosperado en todo lo que emprendas, y todo te saldr bien; solamente esfurzate en hacer su voluntad, y l har su propsito en ti.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento17 abr 2012
ISBN9781463315993
La Cruz Sobre La Roca
Autor

Vidaluz Coronado

Nací en un pueblo llamado Santa Lucia que pertenece al Departamento de Boaco en Nicaragua. Mi madre, Josefa Coronado Rivas, era una mujer emprendedora, con una fuerza laboral increíble y fue muy inteligente. Yo era su admiradora número uno. Cuando yo nací, estuve cuatro horas muerta pero mi madre no se dio por vencida, se levantó de la cama y dijo: ¡No, mi niña no está muerta! Pidió agua, se echó un sorbo a la boca y me roció. E inmediatamente pegué un grito y mi mamá llorando dijo: ¡Se llamará Vida! Porque estaba muerta y volvió a la vida. En ese pequeño pueblo crecí, me casé y tuve cuatro hijos, tres varones y una mujercita, sus nombres son: Marlon, Freddy, Bayardo y Bianka. De los que me siento muy orgullosa. En octubre de 1997 vine a los Estados Unidos donde resido hasta el día de hoy.

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    La Cruz Sobre La Roca - Vidaluz Coronado

    Copyright © 2012 por Vidaluz Coronado.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:         2011963305

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivadas de los mismos.

    Este Libro fue impreso en los Estados Unidos de América.

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    Palibrio

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    Bloomington, IN 47403

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    Llamadas internacionales +1.812.671.9757

    Fax: +1.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    352850

    Contents

    PRÓLOGO

    DIOS PROSPERA TU CAMINO

    LA HISTORIA DE JESÚS

    MI SIERVO SERÁ PROSPERADO

    GENEALOGÍA DE JESUCRISTO, HIJO DE DAVID, HIJO DE ABRAHAM

    UN LUGAR DE EXCELENCIA

    EN LA GRACIA PLENA DE JESÚS

    DIOS EXHIBIRÁ SU JUSTICIA

    ¿QUIÉN ESTÁ GOBERNANDO

    TU MENTE?

    DIOS TE INVITA A SU MESA

    DEPRESIÓN DE ELÍAS

    ENVIADOS PARA PREPARAR

    EL CAMINO

    ME VOY A BETEL

    LA MUJER HIJA DE LOS HIJOS

    DE LOS PROFETA

    PURIFICAR LA HOYA

    EL GERAL LEPROSO

    ESCUCHAD CIELOS Y HABLARÉ

    LA LEY

    PRÓLOGO

    En mi pueblo natal, hay una roca; y es como un monolito, tiene mil trescientos metros sobre el nivel del mar pacífico y es de difícil acceso. En la parte de arriba tiene una cruz, simbolizando el peligro de muerte que hay al escalar el cerro. La portada del libro lleva la foto del hermoso cerro.

    La palabra de Dios dice; que Jesús es la roca inconmovible de los siglos. Y yo siempre pienso en; ¿Quién moverá ese cerro de 8kmts metros cuadrados? Sólo lo que es la cúspide, o sea la cabeza, circunferencialmente como ocho a diez kilómetros. Sólo Dios con su poder y la naturaleza que ya estaba diseñada.

    Este monolito es de origen volcánico, geográficamente aparece como monolito de Santo domingo, pero nosotros los poblanos le decimos cariñosamente cerro viejo ¿Quién puede moverlo de su lugar? Sólo Dios mismo.

    La cruz que tiene en la cúspide es de madera y se la cambian, porque se pudre con el tiempo, pero la roca sigue allí, inamovible; por eso es un orgullo para nosotros.

    El Señor me dio este título: La Cruz Sobre la Roca.

    A Jesús lo clavaron en una cruz; la cruz se pudrió, pero la roca inconmovible de los siglos sigue ahí, para siempre.

    La tierra es el estrado de sus pies, los cielos su trono y la grandeza de su gloria es para siempre, y por los siglos de los siglos, lo dilatado de su imperio no tiene fin, él vive para siempre por la eternidad de la eternidad.

    DIOS PROSPERA TU CAMINO

    La simiente de Jesús, de la descendencia de Abraham, era como diríamos hoy en el lenguaje moderno; una sola línea, pero en Isaac es la Promesa.

    (Isaías 11:1) Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces.

    Pareciera que en la esterilidad de Sara, se terminaba toda esperanza, para que naciera un heredero hijo de Abraham, para que Dios prosperara su plan. Cuando llamó a Abraham, hizo pacto con él que le daría un hijo en Génesis dice:

    Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abran en visión, diciendo: No temas, Abran; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.

    Y respondió Abran: Señor Jehová, ¿Que me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? Dijo también Abran: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa?

    Luego vino a él palabra de Jehová diciendo: ?No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará?

    Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.

    Y creyó a, Jehová, y le fue contado por justicia.

    Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de UR de los caldeos, para darte a heredad ésta tierra. (Génesis 15:1-11)

    Aquí ya está hecho el pacto de Dios con Abran, pero faltaba de parte de Dios que se dijera la última palabra de afirmación.

    Era Abran de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera.

    Entonces Abran se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes.

    Y ya no se llamará más tu nombre Abran, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.

    Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.

    Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.

    Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.

    Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones.

    Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros.

    Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros.

    Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje.

    Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo.

    Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto.

    Dijo también Dios a Abraham: a Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre.

    Y la bendeciré y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella.

    Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿a hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir? Y dijo Abraham a Dios: ojala Ismael viva delante de ti.

    Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él. (Génesis 17:1-19)

    Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael. (Génesis 16:11)

    Pero a Isaac quién le puso el nombre, fue Dios.

    Dios prueba la obediencia de Abraham y le pide el sacrificio de su hijo. Y probó Dios Abraham y dijo: Abraham. y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora a tu hijo, único, Isaac a quién amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo en holocausto y sobre uno de los montes que yo te diré.

    Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó la leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.

    Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vió el lugar de lejos. Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.

    Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos.

    Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿Dónde está el cordero para el holocausto? Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío, e iban juntos.

    Dios está experimentando a Abraham en la obediencia, ésta era la sombra de lo que había de venir. Abraham estaba seguro en Dios, que de sus lomos cansados, y de una mujer estéril y pasada en años, Dios le había dado a Isaac; y Dios no iba ha quitarle lo que en pacto le había dado a Abraham, y Dios nunca iba a violar su pacto.

    Dios quería que Abraham estuviera seguro su fidelidad, porque él no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.

    Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, puso la leña y ató a Isaac su hijo, lo puso en el altar sobre la leña, y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: ¡Abraham.. Abraham! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste a tu hijo, tu único. Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó carnero, y ofreció en holocausto en lugar de su hijo.

    Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá

    Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.

    Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrella de los cielos y como la arena que esté a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.

    En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. (Génesis 22:1-18)

    Esta es la manera que Dios usa para premiar la obediencia, acción o disposición. Esto parece o pareciera imposible por la esterilidad de Sara, el que estuviesen cerradas las puerta de la vida al haber esterilidad en ella; pero para Dios todo es posible.

    En los planes de Dios estaba, terminar lo que él ya había comenzado:

    • Una vara del tronco de Isaí.

    • Hizo pacto, que le daría un hijo.

    • No temas Abran, yo soy tu escudo y tu galardón.

    • No te heredará un esclavo, sino un hijo tuyo y de Sara.

    • Abran creyó a Dios y le fue contada por justicia.

    • Se postró con su rostro en tierra.

    • Te multiplicaré como las estrellas de los cielos.

    • He aquí mi pacto contigo, serás padre de muchedumbres de gentes.

    • Después de ti, reyes saldrán de ti.

    • Tierra de caínan en heredad perfecta.

    • Guardarás mi pacto tú, y tu descendencia.

    • Cuando tu hijo nazca, a los ocho días lo circuncidarás, le cortarás el prepucio, y todos los hijos que nazcan, en señal.

    • Ya no le llamarás Sarai, sino Sara.

    • Abran se postró y se rió, porque dijo para si: ¿Yo de cien años voy a tener un hijo?

    Dios tenía un plan trazado, y no lo iba a demorar por nada. Va paso a paso, abriendo y cerrando, porque cuando Isaac se hizo hombre ya de cuarenta años, tomó a Rebeca su mujer, y resulta que era estéril, y oró Isaac a Jehová, y aceptó Jehová la oración y consivió Rebeca a gemelos.

    Cuando dio a luz, uno era Esaú y el otro era Jacob. Esaú nació primero, y en el vientre Jacob le agarró el pie, el cual Esaú salió marcado. Pareciera que Jacob le estaba dando un mensaje profético a su hermano: ¡Un momento, no te adelantes que el indicado soy yo! Y fue así, Esaú vendió su primogenitura, a su hermano Jacob por un plato de lentejas y anduvo Jacob con Dios obedeciendo sus preceptos.

    Y cuando hubo una gran hambre, quiso decender ha donde Abimelec, pero se le apareció Jehová y le dijo: No desciendas a Egipto. (Génesis 25: 24-26)

    Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré, porque a tu descendencia daré toda ésta tierra, y confirmaré el juramento a Abraham tu padre: Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré ha tu descendencia todas éstas tierras, y todas las naciones de la tierra serán benditas en tus simientes, por cuanto oyó Abraham mi voz y guardó mis preceptos.

    Eso es lo que Dios quiere de ti y de mí, que obedezcamos y andemos en sus preceptos, y Dios nos va a prosperar con gran bendición, y nos dará las aguas de arriba y las de abajo, porque simiente de Abraham somos. Por tanto nos bendesirá con toda bendición, seremos como árbol plantado junto ha corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará. (Salmos 1:2-3)

    En los preceptos de Jehová debe de estar nuestra delicia, y en su palabra meditar día y noche.

    Esta es la realidad de Rebeca, ella era también estéril como Sara. Como no se pudo evitar, que Sara diera a luz a los noventa años, también era imposible evitar que la esterilidad de Rebeca se resistiera a concebir. Porque el Gran Yo Soy ya lo había determinado a través de la promesa con Abraham.

    Isaac clama y Jehová le oye y acepta su petición. Por supuesto que era conocido de Isaac, la promesa de Jehová para con su padre, él sabía que Dios es fiel. Y concibió Rebeca Dios le contesto: ¡Las naciones en tu vientre! Y desde su vientre estarán divididos, en otras palabras Dios iba a tratar con cada uno de ellos individualmente como personas, de acuerdo al propósito de Dios para cada uno.

    Uno era cazador, el otro era calmado, quieto y habitaba en tienda. La porción de de Jacob fue doble, porque en el compromiso la primogenitura es confirmado el pacto de Dios, y nadie lo podía, ni lo puede cambiar. Porque él es el Gran Yo Soy Todopoderoso, en él no hay mudanza ni variación. Jehová es bueno, es fortaleza en el tiempo de la angustia y conoce a los que en él confían. Más con inundación impetuosa consumirá a sus adversarios, y tinieblas cubrirán a sus enemigos.

    El Señor quiso en Isaac confirmar la promesa, pero pasaron cosas trascendentales. Abraham se va con Sara su mujer para donde Abimelec, a tierra del Nogueb y habitó entre Cades y Shur y habitó como forastero en Jerar. Y dijo Abraham a Sara: Abimelec es Rey, dile que somos hermanos. Y le dijo Abraham ha Abimelec que Sara era su hermana, que la podía tomar por mujer.

    Dice que Sara era una mujer bellísima y Abraham tuvo miedo que lo mataran por quitárcela, y pensó que en ese lugar no había temor de Dios. Y cuando Abimelec tomó a Sara, Dios habló en sueños ha Abimelec diciendo: He aquí muerto eres, a causa de la mujer que has tomado, la cual es casada, con marido; Pero Abimelec no se había llegado a ella Y dijo: Señor ¿Matarás al inocente? ¡El dijo mi hermana es! Y ella dijo: Sí, mi hermano es. Con sencillez de mi corazón y con limpieza de mis manos he hecho esto Y Dios le respondió: Yo lo sé, que con integridad de tu corazón has hecho esto, y yo te detuve para que no lo hicieses, y no permití que la tocases, y te detuve de pecar contra mí. Ahora devuelve la mujer a su marido,

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