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El Maestro de la Realidad
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Libro electrónico184 páginas4 horas

El Maestro de la Realidad

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Este relato nace del impulso interior de poder compartir las experiencias sentidas durante lo que puedo denominar “mi despertar” del mundo de las ilusiones.
Partiendo de una forma de pasar por la vida en “modo marioneta”. Programado por infinitud de creencias sobre cómo es la vida y cómo se ha de vivir, atendiendo a ciertos márgenes de libertad para escoger lo que nuestra conciencia anestesiada y manipulada nos hace creer que es: nuestro mundo.
Llega un momento en el que a pesar de ciertas ilusiones de alegría, de felicidad, de pinceladas de Amor en sus múltiples formas, en el interior hay algo que no termina de funcionar bien y nuestro corazón así lo siente.
Después de una búsqueda frenética de nuestros vacíos en el mundo exterior, nos damos cuenta de que no encontramos la Paz que nos debe hacer sentir amados, protegidos, sanos y salvos.
En este relato personal, explico cómo llegó un momento en el que mi propio Ser, dijo que hasta aquí habíamos llegado. Que ya llevaba muchos años navegando por la experiencia terrenal sin una brújula de apoyo, o si la llevaba no sabía que la tenía y si lo sabía, no tenía el enfoque correcto para saber usarla.
A través de lo que escribo pretendo ir situando en un espacio de tiempo relativamente pequeño las diferentes enseñanzas que fueron apareciendo ante mí. Ellas fueron las causantes de que hasta ese momento, mi manera de ver y sentir mi mundo y el de los demás, fuese transformándose poco a poco hacia una nueva percepción. Con menos dosis de ilusiones e irrealidades.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento16 may 2017
ISBN9781370283804
El Maestro de la Realidad
Autor

Jesús Chenoll Alfaro

Nacido en Madrid, España en el año 1963. Profesional durante más de 35 años en sectores de la TV y la Producción de Vídeo y los últimos 20 años en el mundo de las Tecnologías de la Información. Practicante de Aikido, arte marcial japonés desde hace 14 años. Fuertemente interesado en la psicología y la espiritualidad.

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    El Maestro de la Realidad - Jesús Chenoll Alfaro

    AGRADECIMIENTOS

    Agradezco de corazón el trasvase de enseñanzas que me proporcionaron y aun lo hacen, diferentes Mensajeros, sin duda colaboradores de la inteligencia Universal, durante esta nueva experiencia: Enric Corbera, Jorge Lomar, Sergi Torres, Emilio Carrillo, Yoshinori Noguchi, Lise Boureau, David Hawkins, Wayne Dyer, Neal Donald Walsh , Gregg Braden, Helen Shucman y a todos y todas las que también aportaron sus mensajes mediante enriquecedoras lecturas, canciones, documentales y películas que fueron apareciendo en esta travesía interior.

    También a mi hermana Cheni y a mi Maestra de aikido en Colombia Adriana Llanes, por haber canalizado hasta mí las primeras pistas que me motivaron a investigar y encaminarme en este viaje.

    Y a todos los Maestros y Maestras conocidos o no, que me han servido de espejo en cada día a día; en especial: mi pareja Vivian Valdes, mis padres, hermanos e hijos, a mi ex mujer, amigos y supuestos enemigos. Todos y todas me han ayudado a poner en práctica las enseñanzas recibidas.

    A ellos y a ellas, Gracias de corazón.

    Dios os bendice.

    **_**

    INTRODUCCIÓN

    Este relato nace del impulso interior de poder compartir las experiencias sentidas durante lo que puedo denominar mi despertar del mundo de las ilusiones.

    Partiendo de una forma de pasar por la vida en modo marioneta. Programado por infinitud de creencias sobre cómo es la vida y cómo se ha de vivir, atendiendo a ciertos márgenes de libertad para escoger lo que nuestra conciencia anestesiada y manipulada nos hace creer que es: nuestro mundo.

    Llega un momento en el que a pesar de ciertas ilusiones de alegría, de felicidad, de pinceladas de Amor en sus múltiples formas, en el interior hay algo que no termina de funcionar bien y nuestro corazón así lo siente.

    Después de una búsqueda frenética de nuestros vacíos en el mundo exterior, nos damos cuenta de que no encontramos la Paz que nos debe hacer sentir amados, protegidos, sanos y salvos.

    En este relato personal, explico cómo llegó un momento en el que mi propio Ser, dijo que hasta aquí habíamos llegado. Que ya llevaba muchos años navegando por la experiencia terrenal sin una brújula de apoyo, o si la llevaba no sabía que la tenía y si lo sabía, no tenía el enfoque correcto para saber usarla.

    A través de lo que escribo pretendo ir situando en un espacio de tiempo relativamente pequeño las diferentes enseñanzas que fueron apareciendo ante mí. Ellas fueron las causantes de que hasta ese momento, mi manera de ver y sentir mi mundo y el de los demás, fuese transformándose poco a poco hacia una nueva percepción. Con menos dosis de ilusiones e irrealidades.

    Es mi despertar lo que trato de relatar, sin ánimo de convencer o seducir a nadie que pueda leerme. Es como un mapa personal que quizá pueda ayudar a otras personas a plantearse el que actualmente usan, incluso a reflexionar sobre si son conscientes de disponer de uno propio o por el contrario, usan el mapa que no les pertenece o se les impone sin darse cuenta.

    La propuesta que les hago a través de este libro es la de conocer cómo una persona manejada por el Miedo en sus múltiples formas de manifestación, puede ir corrigiendo el rumbo y deshaciendo una serie de pensamientos, sentimientos, palabras y acciones cuya esencia es la de no permitirnos sentirnos como lo que en verdad somos: Plenos, inocentes, sanos y salvos.

    Al igual que a mí me sucedió, todo llega cuando así tiene que ser, no hay casualidades sino eventos sincronizados. Espero que la lectura de este libro le sea de provecho y le ayude a reflexionar y a crecer tal como lo que relato en estas páginas transformó mi vida.

    Jesus Chenoll

    Abril 2017

    ***-**

    CAPÍTULO I

    Tengo 53 años y desde los últimos tres, miro la vida de otra manera a cómo antes lo hacía. Bueno, creo que antes no la miraba de ninguna manera en concreto. Simplemente me dejaba llevar por la inercia. No una inercia fluida y consciente, sino algo así como dejarme llevar por la corriente. Una corriente de lo que se supone que debía hacer, pensar, sentir, hablar y actuar.

    Encontrarme con Él marcó un antes y un después en mi vida. Un cambio sutil. Una especie de transición entre mi anterior enfoque perceptivo de las personas, de las cosas y los casos, que construían mi entorno. Una transición desde el Miedo, en sus múltiples facetas de expresión, hasta el Amor, también en sus variadas maneras de expresarse.

    Sí, miedo con sus múltiples disfraces. Muchos miedos en mi vida, aprisionando y encorsetando mi experiencia, en este lapso de tiempo y espacio que hemos construido y convenido los humanos que comprende: desde nuestro nacimiento hasta la muerte.

    Gracias al Maestro de la Realidad y a través de sus enseñanzas clarificadoras, pude ir identificando las raíces de las que provienen tantas y tantas ilusiones engañosas. Ilusiones que han ido calando en mi mente desde: la más tierna infancia, la niñez, la juventud, la edad adulta con sus etapas de desarrollo personal, hasta estos días.

    Todas estas ilusiones engañosas fueron construyendo un personaje: Mi Personaje. Un individuo que iba avanzando en su experiencia, guiado por otras personas conocidas o no. En muchos casos manipulado o chantajeado emocionalmente, con un estupendo armario imaginario lleno de disfraces dispuestos para su uso, según fuese necesario para cada ocasión. Todas estas ocasiones y sus respectivos disfraces, basadas en el alivio, en mayor o menos medida, de una forma de expresión de Miedo. Un Miedo que escogía la necesidad de interpretar diferentes papeles ante los demás; de candidez y ternura para llamar la atención respecto a mis supuestas necesidades de recibir amor, de dureza o rudeza para aparentar fortaleza como defensa ante ataques imaginarios, de seducción y romanticismo para venderme como candidato a ser amado y así un largo número de interpretaciones, con su vestuario y attrezzo incluidos.

    Gracias al Maestro de la Realidad, mis ojos, y no los del cuerpo, sino los de mi alma, pudieron irse abriendo a tanta mentira. Esta apertura me iba permitiendo entender las situaciones y a las personas involucradas en ellas, y sobre todo: entendiéndome a mí mismo.

    Sobre todo, el Maestro de la Realidad me enseñó, me fue guiando hasta el momento adecuado en el que poder decidir entre las únicas dos alternativas que, en verdad, existen: abordar las situaciones desde el Miedo o desde el Amor. Me mostraba claramente (pero muy claramente), las causas y los efectos que se derivan de escoger una u otra elección.

    El Maestro de la Realidad, no es muy teórico, es verdaderamente práctico. A lo largo de nuestra experiencia de aprendizaje-enseñanza compartiéndola juntos, él se encargaba, y lo sigue haciendo, de irme presentando ejemplos basados en mi propia experiencia vital. Al hacerlo de esta manera, la enseñanza es directa, transparente, sin intermediarios ni ejemplos basados en las vivencias de otras personas.

    ¡No, de eso nada!, allí estaba aquella situación en un periodo de mi vida, conmigo y todos los demás personajes involucrados, como si estuviese viendo delante de mí una repetición grabada en vídeo.

    Una vez concretada en el espacio-tiempo la correspondiente situación, el Maestro de la Realidad me fue mostrando, a través de diferentes métodos, las ilusiones o engaños que la construyeron y que dejaron huella en mi mente; a veces de forma consciente y la mayoría de veces inconscientemente. Es increíble cómo puede uno ser manipulado por todo un conjunto de creencias nacidas desde diferentes focos, que a la larga, se convierten en las verdades absolutas que uno acepta y cree a capa y espada, incluso hasta la sinrazón.

    Una de las claves en este punto de la enseñanza es entender el concepto percepción y su influencia en nuestro día a día. El Maestro de la Realidad me enseñó, a través de muchos de sus colaboradores, a entender este mecanismo mental y qué influencia mantiene sobre nuestra manera de entender, principalmente, nuestras relaciones.

    Relaciones en todos los sentidos: con nuestros familiares, los amigos, nuestras parejas, compañeros de trabajo, extraños que se cruzan con nosotros, con nuestro entorno, la naturaleza, etc…

    La percepción, definida de una forma sencilla, es nuestro mecanismo mental para interpretar en nuestro cerebro las energías que llegan a nosotros a través de los cinco sentidos oficiales; tacto, gusto, oído, olfato y visión; así como de los no oficiales.

    Existen muchos ejemplos de metáforas para entender qué es la percepción y en base a qué interpretamos dicha información sensorial y la convertimos en nuestra forma de mirar el mundo. A mí me resonó la siguiente desde el punto de vista informático: Nuestro verdadero Ser, nuestro Espíritu, dispone durante la experiencia física terrenal de nuestra Mente, que es como un sistema operativo, como Windows o Linux. A este sistema operativo se le van añadiendo programas o aplicaciones que van dando funcionalidad y prestaciones a la computadora, como un procesador de textos, una calculadora, un juego, etc. En nuestro caso esos programas podíamos compararlos con nuestras creencias.

    Esas creencias pueden estar instaladas en nuestra mente desde hace mucho tiempo, provenientes de nuestros ancestros, de nuestros padres, grupos sociales, de la sociedad en la que nos movimos, su educación, sus modas, medios de comunicación, etc.

    Cuando recibimos un estímulo sensorial , ya sea mediante la vista por ejemplo, esos programas interpretan la imagen recibida y nos proporcionan una respuesta basada en las órdenes cargadas en esos programas-creencias; es decir, si nos cruzamos con un persona de otra raza, nuestra interpretación será diferente si tenemos un programa cargado con pensamientos o ideas de tolerancia, diversidad, respeto o bien distinto si esos programas llevan pensamientos o ideas racistas de odio, rencor, violencia y demás derivados de la no aceptación de otros seres humanos por excusas tan arbitrarias como por ejemplo: no considerarlos iguales por el hecho de tener otro color de piel, ser de otro país o cualquier otra creencia.

    Más adelante volveré a sacar el tema de la percepción y algunos de sus derivados, como son las ilusiones de: Necesidad, Fracaso, Competencia, Juicio y la Condena.

    Sí me gustaría hacer hincapié en la enorme influencia que tuvo sobre mí la percepción basada en las creencias adquiridas a lo largo de mi experiencia terrenal.

    ***-**

    CAPÍTULO II

    Una vez efectuado este pequeño preámbulo, pienso que es un buen momento para contar cómo encontré al Maestro de la Realidad, aunque en realidad, estoy seguro de que fue él el que vino a buscarme, o mejor dicho a rescatarme. ¡Bendito seas Maestro! Siempre agradecido a la Divinidad por enviarme un regalo tan hermoso.

    En el año 2012 yo había cumplido 48 años. "- Casi medio siglo de existencia -" decía para mis adentros. Siempre he tenido la sensación de ir acumulando muchas experiencias, de haber vivido intensamente gran parte de ellas. Como si de un archivo vivencial se tratara y lo fuese consultando: historias de la niñez, una adolescencia plena, una juventud condicionada, una primera etapa del desarrollo adulto sin darme cuenta de ello, y con el paso del tiempo añadiendo más etapas y sus vivencias.

    Volviendo al 2012, durante la primera parte de ese año, mi vida me había llevado a varias situaciones concretas relacionadas con mi trabajo y con mi matrimonio. Respecto al trabajo, me había quedado sin empleo. Respecto a mi matrimonio, me había quedado sin esposa (por un proceso de divorcio) y casi sin hijos. Viviendo en un pequeño apartamento financiado por, en mi caso, los salvadores de siempre, ángeles trabajando su rol: el de mis padres.

    En el ámbito laboral, además de no tener empresa donde trabajar, a la situación se le añadía más emoción, pues se cruzaba el tema emocional de la ruptura de pareja.

    Eso suponía el convivir con el componente de que, después de una dura batalla llena de odio y rencor con la mujer con la que estuve treinta años juntos, el hecho de no tener recursos financieros se percibía como una victoria para ella. Sí, así se percibía respecto a tener que hincar mis rodillas y comerme mi orgullo y arrogancia por haberme marchado de forma victoriosa del hogar conyugal y ¡bla, bla, bla!…

    Esta última forma de expresarme no es despectiva sino que, lo que intento, es reírme yo mismo de todas las ilusiones y engaños que me monté, en mi mente, en esos momentos.

    Mucha presión en mi cabeza, condimentada con tristeza, rencor, odio, ansiedad y demás derivados de no ser conductor consciente de mi vida. Echar balones fuera por todo, la culpa en un alto porcentaje siempre era de los demás. A pesar de mis berrinches y mis noches oscuras del alma, se produjeron unos acontecimientos que, a la postre, desembocaron en el inicio de una nueva etapa en mi vida.

    En el año 2012 un día envié un "curriculum vitae" o una Hoja de vida como dicen en Colombia, a una empresa que ofrecía un puesto de Consultor Internacional para la zona de LATAM (Latinoamérica). Me llamaron, pasé las entrevistas y quedé a la espera.

    Para mí, aparte de volver a incorporarme al mercado laboral y por tanto disponer de recursos, el resarcir mi autoestima y darle en las narices a mi exmujer (ya que parecía que se alegraba de mis desgracias), el puesto ofrecía un aliciente más: conllevaba viajar, salir de España por periodos de 15 días cada mes. Eso suponía irme, alejarme. Después el Maestro de la Realidad, me demostró que en verdad era huir, escaparme de mis miedos, de las ilusiones engañosas, buscando alivio fuera, sin darme cuenta de que, todos esos miedos, los iba a meter en la maleta también.

    Lo siguiente que cuento lo comprendí posteriormente pero no en el momento que sucedió.

    La empresa me había comentado que, en unos días, me confirmaba si finalmente me aceptaban o no. Yo pensaba que sí, pues en verdad salí de las entrevistas con un ánimo estupendo. Sabía que encajaba en sus necesidades y ellos en las mías. El asunto se retrasaba, la llamada no llegaba, así que me decidí a insistir y finalmente, me puse en contacto

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