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Las mujeres exitosas piensan diferente
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Libro electrónico261 páginas4 horas

Las mujeres exitosas piensan diferente

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Valorie Burton es una autora reconocida y coach profesional certificada que se dedica a ayudar a las mujeres a crear nuevos procesos de pensamiento que les permiten tener éxito en sus relaciones, sus finanzas, el trabajo, la salud y la vida espiritual. Con nuevos hábitos saludables, las mujeres descubrirán cómo: - centrarse en las soluciones, y no en los problemas - ser valientes en vez de temerosas - cultivar relaciones intencionales - seguir sus sueños de forma constante - reforzar el músculo del dominio propio
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento20 may 2015
ISBN9780825479533
Las mujeres exitosas piensan diferente
Autor

Valorie Burton

Valorie Burton es una entrenadora certificada personal y ejecutiva, y autora de nueve libros sobre el desarrollo personal, entre los que se incluye el éxito de ventas Las mujeres exitosas piensan diferente.

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    Despertar mi propia realidad. Desbloquear mi yo. Ahora, YO SOY LA LUZ DE EN MI... SALUDOS CORDIALES DESDE LLEIDA ESPAÑA
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    Me encanto, disfrute mucho la lectura, es un libro de cabecera para toda mujer, los ejercicios me parecen super practicos y enrriquecedores.

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    Crecimiento personal de mucha ayuda y fortalecimiento para dar un giro positivo a tu vida

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Las mujeres exitosas piensan diferente - Valorie Burton

43-57.

Siete decisiones clave

Decisiones que cambiarán tu vida

Antes de sumergirnos en el primer capítulo, detengámonos aquí para establecer los principios guía para este libro. Te animo a adoptar como modo de vida estas siete decisiones personales. Sin hacer tuyos estos principios, quizá las lecciones de este libro te resulten difíciles de aplicar a tu existencia.

Estas siete decisiones son un conjunto de decisiones personales para las mujeres que se toman en serio maximizar su vida personal y profesional: mujeres, como tú, que no quieren mirar atrás con lamentos dentro de diez o veinte años. Cada mujer que experimenta un verdadero éxito, una armonía de propósito, resiliencia y gozo en su vida, ha incorporado estas decisiones a su vida. Al pasar las páginas de este libro, las verás en acción. Te estoy pidiendo ahora que te comprometas con ellas. Son decisiones sencillas pero a la vez profundas con respecto a tus procesos de pensamiento. Sin importar lo que te encuentres en tu camino hacia tu visión, estas siete decisiones te dirigirán en la dirección correcta, restaurarán la paz y la confianza, e impulsarán tu felicidad incluso en medio de los retos.

Decisión n.° 1: No reduzco el tamaño de mis sueños.

Quizá Mark Twain lo expresó mejor al decir: No son las cosas que hicimos lo que más lamentamos; son las cosas que no hicimos. Para tener éxito de elevado nivel, debes comenzar a esperar más. Incluso cuando no consigas todo lo que esperas, conseguirás mucho más que si no estuvieras esperando nada. En el momento en que decidas conformarte, te garantizo que nunca lograrás tu verdadero sueño. Escoge la fe en vez del temor.

Decisión n.° 2: Me enfoco en las soluciones, no en los problemas.

Cuanto mayor sea tu sueño, más oportunidades habrá para que lleguen obstáculos, retos y problemas. Decide adoptar una mentalidad que vea esos problemas como oportunidades para crecer y, finalmente, caminarás en tu visión. Igual de importante es que cuando te enfocas en las soluciones, atraes oportunidades. Las personas están tan acostumbradas a quejarse, poner excusas y generar problemas que tu innovadora inclinación a las soluciones será un imán de éxito.

Decisión n.° 3: Decido ser auténtica.

Sé tú misma. ¿Qué otra persona puedes ser? Se necesita menos esfuerzo y energía para ser tú misma, pero es necesario mucho valor. El temor a no ser aceptada o aprobada tal y como eres puede llevarte a enviar a tu representante al mundo. Se parece a tu yo verdadero, pero no lo es. Es una falsificación y el poco o mucho éxito que consiga estará fundado sobre falsas pretensiones que deberás continuar para seguir manteniendo ese éxito. Busca ser la mejor que puedas, nada más y nada menos.

Decisión n.° 4: Escojo el valor en lugar del temor.

Al igual que los problemas, el temor es inevitable; pero no es una señal de alto. El temor es el obstáculo más común para lograr verdadero éxito y felicidad. El temor te tienta para que te apartes de tus auténticos deseos. Te hace racionalizar y convencerte para que no llegues a una gran idea. Te conduce a fingir que realmente no quieres lo que realmente quieres. Al igual que los problemas, el temor es inevitable. Pero no es una señal de alto. Rehúsa sucumbir a él.

Decisión n° 5: Escojo las relaciones sabiamente y las alimento intencionalmente.

El éxito no se produce en un vacío. Necesitas personas, y las personas te necesitan a ti. Quienes tienen un fuerte sistema de apoyo tienen los recursos que abren puertas de oportunidades y les capacitan para manejar cualquier reto. Por eso mismo, hay un hondo sentimiento de bienestar cuando damos a otros, ofrecemos apoyo, amabilidad y amor. No lo hagas sola. La felicidad y la energía se producen en las relaciones con otros.

Decisión n.° 6: Buscaré de manera activa la crítica constructiva y la usaré para crecer.

Necesitas personas a tu alrededor que te digan la verdad. Las mujeres resilientes saben esto. E, incluso, cuando no les gusta lo que oyen, escuchan, lo procesan y se preguntan: ¿Hay algo de verdad en esta crítica, aunque sea negativa?. Tu limitada perspectiva no es suficiente. Sé humilde y usa los fracasos y errores como herramientas de aprendizaje. Rodéate de personas que sepan más que tú y aprende todo lo que puedas de ellas.

Decisión n.° 7: Conozco mi propósito y actúo diariamente en la dirección de mi visión.

La regularidad es la clave. Si continuamente das pasos en la dirección correcta, finalmente llegarás a tu destino. La acción regular produce resultados regulares. Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio, prometió el rey Salomón en el libro de Eclesiastés (5:3, RVR-1960).

Echa un vistazo otra vez a las siete decisiones clave. ¿Estás dispuesta a hacerlas tuyas? ¿Cuál sobresale como tu favorita? ¿Cuál necesitará un cambio de actitud por tu parte? Comprométete con estas siete decisiones haciendo un acuerdo contigo misma. Fírmalo como un símbolo de tu promesa. Pon estos compromisos donde los veas a menudo.

Hábito 1

Cree que puedes hacerlo

Tu manera de explicar tu éxito y tu fracaso habla de tu potencial más de lo que crees

Lecciones clave

•  El optimismo es una clave para alcanzar altos niveles de éxito

•  Adopta una mentalidad de crecimiento en vez de una mentalidad fija

•  Observa tus pensamientos y ajústalos como sea necesario

Cecilia batalló con su peso durante varios años antes de que su doctora le diera un serio toque de atención: era prediabética. Tenía que perder 20 kilos y mantener un régimen de ejercicio y dieta saludable. La visita de media tarde a la máquina expendedora de pequeños dulces y patatas fritas debía terminar. También los hábitos sedentarios y todas las excusas por las que no tenía tiempo para hacer ejercicio. Pero cada vez que Cecilia hablaba de mejorar, sus pensamientos y subsecuentes palabras eran algo parecido a lo siguiente:

Ya lo he intentado antes y he fracasado. ¿De qué sirve volver a intentarlo si va a volver a ocurrir lo mismo? Es una pérdida de tiempo. Solo tengo que aceptar que soy una mujer gruesa. Mi madre es gruesa. Mi hermana subió de peso después de los treinta años. ¿Qué me hace pensar que puedo ser distinta? La comida saludable es sosa. No la quiero. Y me da vergüenza hacer ejercicio en público. No quiero que la gente se quede mirando fijamente a mi cuerpo flácido y obeso. No puedo hacerlo.

Con esos pensamientos, Cecilia se propuso hacer lo que la doctora sugirió. Como te puedes imaginar, sus esfuerzos duraron poco. Sus pensamientos contraproducentes vencieron a sus intenciones. Las acciones siguen a los pensamientos, y los pensamientos contraproducentes siempre te enviarán en la dirección opuesta a tu objetivo.

Piensa por un instante en un fracaso reciente que hayas tenido. Quizá fue una relación que se estropeó, o un ascenso que te negaron, o una decisión que te acarreó problemas. O quizá sea algo más simple, como un examen suspendido o esa dieta de 21 días que ya has abandonado en el segundo día. ¿Tienes un fracaso en mente? Todas los tenemos. Ahora, responde a esta pregunta sinceramente y sin pensar demasiado: ¿Por qué fallaste? Anota lo primero que venga a tu mente. Solo algunos puntos en forma de lista:

¿Escribiste tus razones? Si no, no te saltes esa parte. Escríbelas.

Es un ejercicio simple, pero observa cómo tu manera de ver el fracaso puede decirte mucho de lo alto que llegarás en la escalera del éxito. Muchos libros te dirán que para ser exitosa solo debes emular a personas exitosas. Puede ser tentador, de ser así, observar a una mujer que haya alcanzado el éxito, ya sea en sus relaciones, las finanzas, la salud o el trabajo, y tomar nota de los pasos que dio para llegar a su destino. ¿Por qué entonces puedes ver dos mujeres con trasfondos, educación y experiencia muy parecidas y una destaca mientras que la otra se apaga? ¿Por qué una esquiva el obstáculo cuando lo encuentra y la otra tropieza y cae de bruces, para no volver a levantarse nuevamente? ¿Por qué una establece objetivos grandes y atractivos, mientras que la otra se conforma con mucho menos de lo que parece capaz de lograr?

Muchas de las respuestas a estas preguntas no se pueden encontrar simplemente observando los pasos que cada mujer decidió dar. Lo más importante es entender qué hizo que una de ellas diera esos pasos, incluso que pensara dar esos pasos, mientras que la otra no. La ventaja que tiene la mujer exitosa sobre la mujer normal y corriente está en sus procesos de pensamiento. No es algo externo sino interno. A veces se aprende con la experiencia y los ejemplos de los padres. Sin embargo, algunos aspectos del proceso de pensamiento nos llegan de manera muy natural. O bien eres más optimista, o bien más pesimista en tu manera de pensar. Aunque tiendas de manera natural a inclinarte en una de estas dos direcciones ante el reto o la oportunidad, pensar de manera optimista es algo que se puede aprender.

Permíteme ser específica en cuanto a lo que quiero decir con estos dos términos. El rasgo distintivo de una pesimista es que tiende a creer que las cosas negativas de la vida durarán para siempre, que influenciarán todo lo que hace y que son todas culpa suya. Pero cuando se ve ante circunstancias parecidas, la optimista cree justamente lo contrario. Ve esa circunstancia como un revés temporal, cree que está limitada a esa ocurrencia específica y no se culpa de todo a sí misma. En lugar de echarse toda la culpa, la optimista ve todas las circunstancias externas a las que contribuyeron otras personas, la mala sincronización entre los distintos eventos e, incluso, que no era la voluntad de Dios.

Así que regresemos a ese fracaso reciente que identificaste hace un momento, y echa un vistazo a las razones que diste del mismo. Vuelve a leer lo que escribiste. Después, responde una pregunta más: ¿Son todas tus razones faltas personales y rasgos de carácter? En otras palabras, ¿son tus razones cosas sobre las que no puedes hacer nada, o pueden cambiarse algunas de tus razones?

Las mujeres que tienen más éxito explican sus fracasos en términos de cosas sobre las que ellas pueden tomar el control. En otras palabras, se dan cuenta de que tienen debilidades y faltas, pero esas no son las únicas razones por las que las cosas van mal. En cambio, se enfocan en las razones externas, como personas que hicieron las cosas más difíciles, el hecho de que no estaban tan preparadas como podían haber estado, el hecho de que la economía era mala, que el tiempo era malo, o que el jefe estaba teniendo un mal día otra vez.

Ninguna de estas razones tiene implicaciones permanentes. A fin de cuentas, la próxima vez ella se puede preparar mejor, el tiempo puede mejorar, la economía no será mala eternamente e, incluso, si el jefe mantiene su puesto, ella siempre podrá encontrar otro jefe para el que trabajar en otro departamento o compañía. Fracasar esta vez no significa fallar la siguiente. Con unas pocas alteraciones y cambios, el siguiente viaje será otra historia

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