¿La cocina fue una vocación para Gonzalo Aramburu, el chef cuyo restaurante, que lleva su apellido, fue galardonado con dos estrellas Michelin? No está tan seguro. “Fue una búsqueda. Me anoté en Derecho, no funcionó. Una amiga se anotó en Gastronomía y me apunté. Pero desde el primer día encontré un lugar que me daba estructura, disciplina, y al mismo tiempo mucha libertad para inventar y jugar –recuerda Aramburu–. Hoy creo que sí, que fue vocación”, corrige.
Después de completar su carrera en Argentina, pasó varios años en el exterior. Estudió y trabajó en París. También en diferentes restaurantes de Estados Unidos y España. De cada uno, dice, aprendió y se formó. Hasta que