Llegando a Atenas por mar, el territorio de la polis ateniense (del Estado llamado hoi Athenaioi, «los atenienses») comprendía toda la península del Ática, un área rural con numerosas aldeas y algunos núcleos urbanos monumentales, como Eleusis o Braurón. Pero el centro político, religioso y económico era la ciudad llamada Athenai, Atenas. En la época de Pericles, el enorme desarrollo de la flota hizo que El Pireo, un promontorio asociado a tres puertos, se llenara de construcciones de uso militar y comercial. Tenía también un teatro, templos y un barrio residencial. La parte del Pireo estaba rodeada por una muralla, pero distaba unos 9 km del área urbana de Atenas, también amurallada. Para evitar que ambas quedaran incomunicadas entre sí, si se producía un ataque por tierra, se construyó un doble muro recto que unía los dos recintos dejando una vía en medio.
EL PIREO, CENTRO COMERCIAL
Se podían ver en esos puertos, fondeadas o en construcción, no solo trirremes —las naves de guerra veloces y de gran maniobrabilidad gracias a sus tres filas de remeros por cada lado—, sino un buen número de naves de carga y de embarcaciones menores. El Pireo era por entonces el principal centro comercial del conjunto formado por el Mediterráneo y el Mar Negro: allí llegaba grano y salazones de pescado; especias, perfumes y linos o sedas; mármoles y maderas. La demanda de todos esos productos por parte de los atenienses era por entonces muy elevada; a su vez, Atenas exportaba su excedente de