en el que algunos desaparecían unos días y volvían hechos unos príncipes, con algunos kilos de menos y cara de haber estado en las Bahamas. Nada más lejos de la realidad… El milagro lo obraba –esto se supo mucho después– una clínica llamada Buchinger, donde se internaban para practicar algo que por entonces resultaba de lo más exótico: el ayuno. Hoy, sin embargo, disminuir o eliminar la ingesta de comida durante un determinado periodo de tiempo ha dejado de ser el remedio sanador de un puñado de artistas, esnobs o naturalistas para convertirse en un hábito en auge. Aunque (Ediciones Urano).
Comer a medias para sentirse bien
Sep 27, 2023
3 minutos
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