or monja de clausura, por escritora, pero, sobre todo, por no haberse plegado a lo que los hombres esperaban de ella –más cuando en ello cumplía un designio de Dios–, podría parecer que sor Juana Inés de la Cruz (c. 1648-1695) fue una versión mexicana de santa Teresa de Jesús (1515-1582). Desde luego, así la hubiera preferido Manuel Fernández de Santa Cruz, obispo de Puebla (México), y también un buen amigo suyo, que tantas veces le recomendó que se dedicara a las letras divinas, y no a las humanas. Visto lo que le pasó a santa Teresa, quizá ni así hubiera evitado el celo de los inquisidores. Pero no, la vocación de sor Juana no era solo mística. Cultivó la prosa, la lírica, el teatro y la poesía, e incluso escribió sobre filosofía y epistemología. La apodaron “la décima musa”, como
JUANA INÉS DE LA CRUZ LA MONJA CUYOS ESCRITOS PONÍAN A LOS HOMBRES DE LOS NERVIOS
Sep 20, 2023
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