Todos hemos oído hablar alguna vez de las paradojas de Zenón de Elea (siglo V a. C.) relativas al movimiento: la protagonizada por Aquiles y la Tortuga, la de la flecha que vuela hacia una diana… Aristóteles cataloga hasta cuatro paradojas atribuidas a Zenón. En esencia, lo que se pone en discusión en todas ellas es la posibilidad del movimiento. Veremos más adelante cuáles eran las razones de Zenón para tratar de rebatir un asunto que a nosotros nos parece tan evidente.
Empezaremos recordando el enunciado de dichas paradojas. Nos centraremos en la de la flecha y la diana, ya que la de Aquiles y la tortuga no es sino una variante de la misma. Imaginemos que la distancia que separa al arquero de la diana es de cien metros y que dicho arquero lanza la flecha hacia su objetivo. Ciertamente la flecha deberá recorrer los primeros cincuenta metros de distancia. Una vez llegada a ese punto (mitad de camino), la flecha deberá recorrer la mitad del resto de la distancia que la separa de la diana (veinticinco metros). Posteriormente tendrá que recorrer la mitad de esos veinticinco metros (doce metros y