A Elena Reygadas la conocí por el arte antes que por la cocina. Ambas fuimos parte de un fantástico trabajo a principios de la década de los años 2000 colaborando en el Museo de Arte Carrillo Gil. De interesarse por el arte y los libros, la vi volcar su vida a la gastronomía. Elena siempre ha sido curiosa, y esa cualidad la ha llevado a desarrollar una propuesta congruente, original, seria y duradera. Elena es, sobre todo, una intelectual sensible, alguien que analiza, experimenta, propone y resuelve. Su éxito hoy, refleja su tesón y disciplina.
Elena Reygadas ha sido para muchos un claro ejemplo de la