ue mi primer contacto con la escena gastronómica. Hace más de 15 años tomé un curso de cocina en el Taller de Enrique, cuando el afamado Pujol aún no se transformaba en ese templo de la gastronomía nacional, y de ahí surgió una amistad que ha perdurado a través de los años. En ese tiempo, me tocó ver la metamorfosis de Pujol en un espacio de investigación, experimentación y deleite asociado a la cocina nacional. Vi a Olvera sumergirse en libros y manuales de culinaria local; lo vi viajar por México, explorar territorios e ingredientes, además de interesarse por dialogar con otros agentes culturales para conocer otros puntos de vista. Incorporó arte, diseño y arquitectura a sus espacios, pues entendió que la experiencia gastronómica debía ser total. Lo vi también buscar consensos y armar estrategias para poner a México en el mapa internacional, y detonar ese turismo gastronómico que hoy es una de las grandes banderas del país. Organizar el congreso gastronómico Mesamérica fue una táctica inteligente para lograr alianzas, forjar un gremio unido y generar conocimiento y pensamiento. Olvera lo ha hecho todo. De sus restaurantes, Pujol es el gran centro experimental en la CDMX; Eno
ENRIQUE OLVERA PIONERO Y VISIONARIO
Aug 30, 2023
7 minutos
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