Lauderos, citoleros, violeros, incluso «facedores de vihuelas» o mestre de fer instruments de sonar, en catalán. Con estos nombres se conocía, allá por el siglo XV, a quienes construían los instrumentos de cuerda que sonaban en la época, como la vihuela o el laúd. La palabra guitarrero se extendería algo más tarde, aunque ya en el siglo XVI hace su aparición la llamada guitarra renacentista, una versión primitiva del instrumento, más pequeña que una vihuela, y mucho más pequeña por tanto que las guitarras actuales. Algunos de estos nombres han desaparecido ya, pero otros siguen tornando a la palestra de cuando en cuando. ¿Luthier, guitarrero, violero?
«Entre los cuatro o cinco guitarreros más célebres, cada uno ha reivindicado una nomenclatura distinta para el oficio. ¡Ni en eso no nos ponemos de acuerdo!», dice sonriendo José Antonio Cerezo. Para ilustrarlo, menciona nombres dispares, pero muy respetados en la profesión, como José Luis Romanillos, nacido en Madrid en 1932 y fallecido en Sigüenza en 2022: vivió y ejerció su profesión de guitarrero —o violero, como prefería decir él— en Inglaterra y solo