“Ahora me siento plena. Anteriormente, cuando mi hija Eli me dijo que no se quería dedicar a esto, pensé: ‘qué tristeza’; no quería que se perdiera la experiencia de ser artista, pues quienes nos dedicamos a esto, sentimos un gran placer al trabajar en lo que más nos gusta. A casi nadie le pagan por dedicarse a su pasión, sin embargo, hoy día, cuando mis hijos se van a trabajar, yo pienso: ‘qué felicidad, se la van a pasar increíble’. Algo habré hecho bien en mi vida, para tener el privilegio de verlos arriba del escenario y también compartirlo con ellos”. comparte Susana.
Los papás son maestros de vida, sin duda. Son ellos quienes nos