EL PULSO DEL MUNDO DE LOS NEGOCIOS CORE BUSINESS
“¿Estamos mal hechos? ¿Por qué no somos capaces de quemar calorías fácilmente? ¿Por qué nos cuesta tanto bajar de peso?” se pregunta Juan Luis Arsuaga, director del equipo investigador de Atapuerca en su último libro Nuestro cuerpo (Destino). “No. Estamos tan bien diseñados (…) que apenas gastamos energía cuando andamos o corremos”, concluye el autor. ¿El motivo? “Nuestros antepasados empezaron a acumular energía en forma de grasa corporal una vez que salieron de la selva húmeda para moverse por territorios cada vez más amplios, llevando una vida en la que los aportes de alimentos eran irregulares y escaseaban por temporadas” escribe. Los genes ahorradores tenían ventaja competitiva. Pero, la grasa que un día nos ayudó a conquistar el mundo hoy es fuente de enfermedades tan dañinas como la obesidad.
¿MÁS SUELA Y MENOS CAZUELA?
Hamburguesas con salsa de queso, helado de chocolate, refrescos, pizzas, bollería industrial, patatas fritas… La superabundancia de alimentos procesados (cuya tentación es difícil de resistir) ha disparado la sobrealimentación justo cuando los estilos de vida se han vuelto más sedentarios. Actualmente, se calcula que 1.000 millones de personas son clínicamente obesas, de las cuales unos 650 millones son adultos, 340 millones adolescentes Juan Luis Arsuaga.