Automedicación
Un molesto dolor de cabeza, una inflamación de garganta, un dolor muscular… Situaciones habituales frente a las que no solemos ir al médico, y recurrimos, sin receta previa, a algún antiinflamatorio analgésico que nos quite el síntoma. Aunque generalmente logramos un alivio pasajero, el uso indiscriminado de los antiinflamatorios es la causa más común y prevenible de complicaciones digestivas, cardiovasculares, renales, hepáticas y hematológicas.
Muy promocionada en los medios de comunicación, la medicación con efecto analgésico se publicita como una solución mágica a todos los problemas y malestares. Sin condenar a estos medicamentos, que bien utilizados son eficaces en su función, lo que hay que hacer es prevenir un uso peligroso de ellos.