Tina Modotti “habitó durante casi toda su existencia en el corazón de la tormenta”, como ha señalado Isabel Tejeda Martín, la comisaria de la retrospectiva que dedica la sala barcelonesa KBr a esta importante fotógrafa y activista de origen italiano que, en apenas ocho años (de 1923 a 1930), produjo la mayoría de las imágenes que la han convertido en parte fundamental de la historia del octavo arte. Su trayectoria nómada y su militancia política le permitieron ser testigo excepcional, y en algunos casos protagonista, de acontecimientos singulares en la primera mitad del siglo xx: de la conversión del cine de Hollywood en gran espectáculo de masas a la Guerra Civil española, pasando por la evolución cultural y política de México, con la recuperación de la cultura indígena tras la revolución.
La cámara de Modotti ofrece testimonios tremendamente elocuentes de una época convulsa en lo social y lo político, pero su mirada rehúye cualquier épica o fatuidad artística para ponerse siempre al servicio de personas y lugares comunes. Ella misma afirmará en 1929: “En realidad, lo que trato de producir no es arte, sino fotografías honradas, sin trucos ni manipulaciones, mientras que la mayoría de los fotógrafos aún buscan los ‘efectos artísticos’ o (c. 1927), con una visión “geometrizada” que puede recordar la sobriedad de los partidarios de la nueva objetividad, vanguardia que la influyó–, no hay en ellas voluntad de artificio ni excesos de esteticismo, sino una permanente necesidad de indagación en lo real.