El sistema inmunitario es el encargado de controlar la inflamación crónica, responsable de muchas de las enfermedades de la vida moderna y la culpable de que, a veces, te encuentres mal sin saber por qué. Reconocer que podemos sufrir de inflamación crónica, y saber cómo combatirla a través de una alimentación y estilo de vida antiinflamatorio, puede ayudarnos a mejorar notablemente nuestra calidad de vida. No puedes cambiar tus genes, pero si cuidas tus intestinos y tu sistema inmune puedes cambiar tu vida.
La inflamación se manifiesta principalmente en las mucosas (digestivas, respiratoria, genitourinaria), cómo esta puede afectar a nuestras emociones a través del eje intestino-cerebro y, por supuesto, cómo esa inflamación acabaría generando dolor, molestia, y hasta enfer medades inflamatorias y autoinmunes en diversos órganos del nivel sistémico.
LA INFLAMACIÓN SE VE Y SE SIENTE
Me gusta agrupar los síntomas y signos de la inflamación crónica en estas cuatro áreas: dolor, afectación cutáneo-mucosa, e infección.
Dolor (de cabeza, menstrual, muscular, articular)
Afectación cutáneo/mucosa (de la piel, sistema digestivo, sistema respiratorio, sistema genitourinario)
Alteraciones de la salud mental Infecciones de repetición
Pero antes de abordar estas cuatro áreas, quiero dejarte claro una cosa importante. Todos podemos experimentar algo de dolor, algo de mocos, alguna in-fección puntual o cambios en el estado de ánimo, sin que ello sea signo de inflamación crónica. Y es que, realmente, todos en algún momento atravesamos algún proceso inflamatorio que nos lleva a experimentar dicha sintomatología.