POLÍTICA
GUADALAJARA, JAL.- Durante 34 años Raúl Padilla López mantuvo el control de los recursos de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y logró una proyección nacional en el ámbito político y cultural, pero al mismo tiempo construyó y encabezó un cacicazgo local que hoy queda sin cabeza.
Periodistas, analistas y columnistas que han documentado la trayectoria del polémico exrector también consideran que la era de Padilla se caracterizó por convertir a la casa de estudios en una empresa, por la corrupción, opacidad y el dispendio de recursos públicos en obras faraónicas; simular rendición de cuentas, nepotismo y descuidar la educación y la investigación, principales objetivos de la UdeG.
Sólo para este año, el presupuesto de la casa de estudios es de 15 mil 674 millones de pesos, mayor al de la capital del estado, de poco más de 10 mil 600 millones.
Su periodo como rector abarcó de 1989 a 1995. Después consiguió reformar la Ley Orgánica para que no fuese el gobernador quien designara la cabeza, sino el Consejo General Universitario.