lega a la entrevista con un bastón que lleva con tanto estilo como si fuera su compañero habitual. No es cuestión de estética, sino de donde se inició de adolescente y al que regresa con su primer disco, (Universal Music). «Cuando vine a vivir a Madrid, me alejé de esos orígenes. Hasta que me ofrecieron interpretar en una serie al músico argentino Charly García. Preparar ese papel hizo que me reencontrara con aquel Maxi de 15 años y con las canciones que me ayudaron a entender el mundo a esa edad. La serie no llegó a grabarse, pero ese proceso me dejó un gran disco». Un trabajo certero que, como él mismo, tiene un punto dramático y divertido a la vez. Igual que ese Madrid canalla y auténtico presente en cuanto compone: «Me siento muy madrileño, con sus penas y alegrías. Si vienes a comerte la ciudad, te recibe con los brazos abiertos; cuando estás un poco bajo, te engulle». Ambas esferas forman parte de sobrenombre con el que, por cierto, desea ser conocido. «Crees que la inspiración te salvará de los demonios de la hoja en blanco, pero muchas veces no aparece. Así que, como decía Picasso, cuando llegue, que me pille trabajando».
