BOGOTÁ.- Quizá sin proponérselo, el Departamento de Justicia de Estados Unidos acaba de revelar oficialmente que la DEA utilizó como señuelo al narcotrañcante mexicano Rafael Caro Quintero en una operación encubierta en Colombia, cuyo propósito fue incitar a traficar cocaína a Jesús Santrich, excomandante de la desmovilizada guerrilla de las FARC.
En un documento enviado el pasado 1 de diciembre a una juez federal estadunidense, el Departamento de Justicia señala que dos “fuentes confidenciales” de la DEA se hicieron pasar por “miembros de alto rango del Cártel de Sinaloa” y establecieron contacto con Santrich, quien de acuerdo con la acusación cayó en la trampa y aceptó participar en un negocio de venta de cocaína.
Las “fuentes confidenciales” (cees) eran dos colaboradores de la DEA, uno de los cuales se presentó con Santrich y sus interlocutores colombianos como hijo de Caro Quintero, y el otro como familiar e integrante de la organización criminal del capo, que de acuerdo con el montaje de la agencia estadunidense era el Cártel de Sinaloa.
La operación encubierta fue desarrollada por la DEA entre 2017 y 2018