Hemos elegido los ejemplos que mejor representan la insospechada riqueza de recursos que la naturaleza pone a nuestra disposición; en este caso, para derrotar al principal enemigo de nuestro corazón.
FIBRAS SOLUBLES
A este grupo pertenecen las fibras que en los últimos años han sido objeto de gran interés por parte de los científicos: las gomas y las pectinas. Ocurre que han demostrado poseer asombrosos efectos medicinales en cuestiones tan vitales como la diabetes y el nivel del colesterol en la sangre.
Los científicos han verificado que la goma guar -fibra soluble, proveniente de la planta del mismo nombre- reduce la velocidad de absorción intestinal de glucosa, con lo que se evitan aumentos bruscos de azúcar en la sangre.
Pero donde los efectos colaterales de las fibras solubles alcanzan el nivel de “gran descubrimiento”, es en el de la prevención de enfermedades cardíacas, que logran controlando a su principal enemigo: el colesterol.
Uno de los motivos por los cuales en los últimos años se ha valorizado la utilización de las fibras se debe a que, finalmente, se confirmó de manera científica lo que las observaciones cotidianas ya hacían intuir: existe en las fibras un componente orgánico capaz de disminuir en la sangre el nivel de lipoproteínas de baja densidad (LDL). Por esta razón, ya no solo son los nutricionistas quienes plantean la necesidad de adoptar hábitos alimentarios donde las fibras ocupen un lugar tan importante como los nutrientes principales. Hoy, los cardiólogos son