HAN PASADO NUEVE AÑOS DESDE que el LaFerrari y el P1 abrieron el camino de la hibridación para Ferrari y McLaren, y hoy enfrentamos a los actuales representantes de estas marcas en esta tecnología. Puede que no sean rivales directos por precio y potencia, pero tienen muchas cosas en común: ambos montan un 3.0 litros V6 biturbo, con las bancadas ampliamente abiertas a 120o, y son capaces de girar a 8.500 rpm. Los dos montan transmisiones automáticas de doble embrague de ocho velocidades, con relaciones de cambio directamente comparables, así como baterías de 7,4 kW que, además de incrementar de forma significativa sus prestaciones y la inmediatez de su respuesta a la más mínima insinuación de nuestro pie derecho, les permiten rodar a 135 km/h sin contaminar absolutamente nada. Sin embargo, la forma en la que nos hacen sentir cuando liberan su poder es fascinantemente diferente.
Estéticamente, el McLaren no parece muy diferente a sus hermanos, como el 720S o el 765LT, que hemos tenido el placer de probar en CAR, pero viene cargado de novedades técnicas, que claramente marcarán el rumbo de la marca en los próximos años. Envuelve su propulsor híbrido, y el resto de elementos