e pronuncian más cercanas que gemelas: prácticamente un mismo cerebro en dos cabezas. Y si fuera solo por la química y el obvio cariño que existe entre Ana Garriga y Carmen Urbita, sería fácil creerlo porque las doctorandas detrás de Las hijas de Creo que para mí va unido al entusiasmo de empezar a estudiar el grado, que justamente comenzó por el Siglo de Oro, y a la figura de Santa Teresa, que me cautivó. En mi caso fue lo contrario; es raro que Ana y yo no vayamos en paralelo, pero en mi carrera se hacía mucho énfasis en el s. XX, así que fue hasta más tarde. Mi amor por el Barroco se lo debo a una monja, Juana de los Ángeles. Estaba ya haciendo el máster y su autobiografía me sedujo.
“Hay que mirar a la historia en tiempo de crisis”
Nov 22, 2022
2 minutos
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos