a entusiasta proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931 había venido precedida de un apoyo significativo por parte de la intelectualidad. Quizá el elemento más significativo lo encontramos en la llamada Agrupación al Servicio de la República creada Tampoco lo deja el compromiso de este intelectual con la nueva forma política que había defendido con uñas y dientes. «Durante esos siete meses, la República ha estado entregada a unos cuantos grupos de personas que han hecho de ella, libérrimamente, lo que les recomendaba su espontánea inspiración», destacaba. Y proponía una solución, «Es preciso rectificar el perfil y el tono de la República, y para ello es menester que surja un gran movimiento político en el país, un partido gigante (…) que interprete esta como un instrumento de todo y de nada para forjar la nueva nación».
ORTEGA Y LA TERCERA ESPAÑA
Nov 21, 2022
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