EUROPA, AMÉRICA Y LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA
En sus ocho años de existencia, la II República pasó por cuatro grandes etapas: un Gobierno provisional, entre abril y junio de 1931, presidido por Niceto Alcalá-Zamora –que habría de ser presidente de la República hasta 1936–, durante el cual se aprobó la Constitución de 1931; un primer bienio, entre 1931 y 1933, de izquierdas republicano-socialistas bajo el gobierno de Manuel Azaña, marcado por numerosas reformas político-sociales; un segundo bienio –hasta 1935– de derechas radical-cedistas bajo el gobierno de Alejandro Lerroux, que quiso contrarrestar las reformas de izquierda anteriores, y la breve etapa final del Frente Popular, en 1936, bajo la presidencia de Manuel Azaña y el gobierno de Casares Quiroga, en la cual se iniciaría la Guerra Civil tras el golpe de Estado militar del 18 de julio. Desarrollar una política exterior española que fuera estable, fuerte y coherente iba a ser, sin duda, el talón de Aquiles de la República en este convulso y variable entorno político.
CRISIS DE LA DEMOCRACIA EN EUROPA
La II República Española nacía como la propuesta de una nueva democracia en un mundo en el que la democracia parecía herida de muerte. Tras la Primera Guerra Mundial, las potencias derrotadas habían liquidado sus ancestrales sistemas monárquicos para crear nuevas repúblicas democráticas, según el modelo de los vencedores. El drama social de la posguerra y la crisis económica mundial de 1929, sin embargo, iban a generar se ganaron la confianza de la ciudadanía por la apariencia de su eficacia en el establecimiento del orden social y el orgullo nacional y por el miedo a la revolución, que empujó a los sectores conservadores a ceder la democracia en favor del autoritarismo.
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