A MEDIDA QUE EL FERRY PARA SAN FRANCISCO ABANDONABA EL PUERTO DE OAKLAND, EL FUNDADOR Y CEO DE FLEXPORT, RYAN PETERSEN, GIRÓ PARA VER CÓMO UNA IMPONENTE GRÚA DE 110 METROS ENGANCHABA CONTENEDORES, UNO POR UNO, PARA DEPOSITARLOS SOBRE LA CUBIERTA DE UN BARCO DE CARGA.
Petersen admiraba las prolijas filas de rectángulos apiladas en el buque de clase post-Panamax con destino a Yokohama, Japón: “Me gustaría poder mirar dentro con un HoloLens para ver cuáles de los contenedores son de Flexport. Puedo garantizar que estamos en cualquier buque portacontenedores de la Costa Oeste”.
Suena a fanfarronería, pero para Petersen, de 41 años, es una cuestión matemática. Flexport no posee trenes, aviones o barcos propios. Pero como uno de los jugadores de más rápido crecimiento en un espacio llamado transporte de carga digital, la compañía que Petersen fundó hace 8 años es ya el séptimo comprador de espacio de carga en esas rutas transpacíficas. En casi cualquier barco con destino a Asia, habrá al menos uno o dos contenedores con cargas colocadas allí por el software de Flexport.
Respaldado por algunos de los multimillonarios tecnológicos y de capitales de riesgo más prominentes de Silicon Valley, como el Founders Fund de Peter Hiel, Yuri Milner y Masayoshi Son, Flexport fue fundada en 2013 para automatizar los formularios aduaneros en papel. Hoy ayuda a clientes como el gigante de comida para bebés Gerber y el fabricante de parlantes Sonos a lidiar con todos los dolores de cabeza que implica enviar el inventario desde la fábrica al depósito y luego a las tiendas. El software de Flexport analiza y optimiza la cadena de suministro de un cliente, la automatiza, y encuentra maneras de reducir los días de entrega y hacer que los clientes ahorren millones en multas por demoras. El seguimiento y la mensajería centralizados de Flexport permitieron eliminar miles de correos electrónicos, lo que significó un ahorro promedio de 4