Josep Pla aludía a la “fascinación bruja de Venecia”, una frase que describe a la perfección esa aura de misterio, refinamiento y lujuria que envuelve a la que un día fue la . Algo tendrán sus canales para que cayeran rendidos a sus encantos Nietzsche, James Joyce, Lord Byron y Goethe, quien se prendó de lo que él denominaba “el canto de los gondoleros”. Por ella el tiempo no pasa y el clasicismo, en el fondo y en la forma, es casi una religión a todos los niveles, incluido, por supuesto, (buscar las sombras), una expresión que, como explica Elena Kostioukovitch en , viene “de los vendedores de vino ambulantes que, para protegerse del fuerte sol, se desplazaban con sus tenderetes siguiendo la fresca sombra que el campanario de San Marco proyectaba sobre la plaza”. Hoy buscar el resguardo, ya sea por el calor o por el frío extremo de la isla, consiste en ir de bar en bar a la caza de un vaso de o , acompañado de buena charla y de un cicchetto (tapa o aperitivo), que puede ser una albóndiga, un cangrejo frito, una tosta de o un corazón de alcachofa con ajo y perejil.
