El agua es un nutriente esencial que no solo está presente en el líquido transparente que bebemos habitualmente e hidratarnos no significa beber grandes cantidades de agua. Por ello es determinante saber cuáles son nuestras necesidades reales.
En todo lo que existe -incluidos los alimentos- contiene agua en mayor o menos proporción. El agua es el origen de la vida, de manera que hacer un uso adecuado del agua implica saber qué cantidad contienen los alimentos de nuestra dieta diaria, qué cantidad usamos en cocina y qué cantidad deberíamos beber. Tres cuartas partes del planeta y del cuerpo humano son agua y una cuarta parte está representada por la tierra firme y solida y, en nosotrxs, por la materia solida (la carne y las grasas).
Durante el siglo pasado existió afán por descomponer la constitución orgánica del ser humano de manera analítica para estudiarlo y determinar sus supuestas necesidades de líquidos, proteínas, etc. Se dieron cuenta que el cuerpo humano tenía un alto contenido en agua y a este descubrimiento le sucedió una auténtica obsesión por hidratarlo y, como consecuencia, se empieza a beber desmesuradamente, las personas siempre llevan una botella de agua con ellas, nos obligamos a beber, se bebe