l anarquista sevillano Melchor Rodríguez había estado preso en demasiadas ocasiones: con la Monarquía, con Primo y con la República; para él había poca diferencia entre unos gobiernos que, según los anarquistas, nunca quisieron la mejora de vida de la clase obrera. Su labor por los presos venía de mucho antes de la guerra: ya recogía dinero para los sindicalistas encarcelados y denunciaba los desmanes de los primeros tiempos de la República, con más de 100 obreros asesinados al año por la policía. Cuando estalló la Revolución en Madrid, tras el golpe de Mola del 18 de julio del 36, acababa de ser liberado de la Modelo y se encontró con la cara más sañuda de la represión. Muchos en la izquierda se dispusieron a acometer venganzas personales y se fusilaba sin control. Desde los primeros días de guerra expidió salvoconductos, con su grupo de la FAI, Los Libertos, y decenas de personas fueron cobijadas por ellos, sacadas de los centros de detención y tortura y llevadas a las embajadas para salir de España, o puestas a disposición de la justicia para que se las juzgara con garantías. Todo esto lo hicieron ante la sorprendida mirada de muchos de sus propios correligionarios. Melchor salvó
ÁNGEL ROJO & ÁNGEL AZUL
Jul 22, 2022
7 minutos
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