ALEJANDRO KIRK, UN “FENÓMENO” QUE SORPRENDE EN GRANDES LIGAS
A Alejandro Kirk su hermano mayor Juan lo contagió de beisbol. Tenía sólo tres años cuando se fue con él y con su papá a la liga Municipal de Tijuana con la intención de jugar, pero la edad no le alcanzaba para entrar a la categoría de los más pequeños; no lo dejaron alinear. Entonces el niñito rubio y regordete recorría todos los campos arrastrando su batecito buscando quien le pichara una pelota. Así creció Alejandro, enamo-rándose del beisbol.
Tanta era su pasión por el juego que meses después los directivos de la liga lo dejaron participar con el permiso correspondiente firmado de sus padres, quienes asumían la responsabilidad si algo le pasaba al pequeño en la cancha. Quedó inscrito en el equipo Glu-Glu de la categoría biberones con compañeros de cuatro, cinco y hasta seis años, quienes, aunque eran más grandes, no tenían ni una pizca del talento de Alejandro.
Durante 11 años Juan Manuel Kirk fue el manager y entrenador de su hijo Alejandro; otros, como Víctor Arroyo y Jorge Páez, también contribuyeron a la formación de esa joven promesa. Alejandro estuvo en todas las selecciones estatales; acaparaba miradas y dejaba ver sus dotes como futuro pelotero excepcional. Se hizo cácher porque esa posición le enseñó su padre, la que el propio Juan Manuel jugaba como beisbolista amateur.
Alejandro Kirk ahora tiene 23 años. En su tercera temporada en Grandes Ligas con los Azulejos de Toronto estará en su primer Juego de Estrellas porque los
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