l reputado artista catalán Robert Llimós, que diseñó la famosa escultura acuática del puerto de Barcelona llamada Miraestels, vivió una experiencia que en algunos detalles se parece a y, como es habitual, surgieron más detalles que indicaban un estrecho contacto con aquello «tripulantes». En la oleada italiana de 1954, concretamente en la noche del 18 al 19 de octubre, un comercial llamado Renzo Pugina observó en el jardín de su casa a un ser con una característica muy similar a los que vio Lourdes. Medía alrededor de un metro y treinta centímetros, tenía el pecho cubierto de escamas, los ojos rasgados y la frente deprimida. En lugar de piernas tenía una especie de cola, definida por los investigadores italianos como una máquina. En el lugar del avistamiento se formó una extraña mancha en el suelo que fue creciendo hasta desaparecer.
REPTILES Y «SIRENOS»
Jun 23, 2022
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