Hace solo unas décadas, una maleta con ruedines o un coche que apenas hacía ruido fueron considerados dos opciones «demasiado femeninas», así que se pensó que era mejor dejar las cosas como estaban. Más allá de si tal decisión supuso la aparición de más lumbalgias o del agujero de la capa de ozono, esta perspectiva, netamente masculina y que hoy nos muestra la periodista Katrine Marçal, ha tenido muchas e importantes consecuencias, tanto en el ritmo como en la dirección que ha tomado la historia de la tecnología y, por extensión, también de la humanidad. En su libro, La madre del ingenio, Katrine Marçal comparte con nosotros sus reflexiones acerca de la impronta masculina en los sectores de la tecnología y la economía, invitándonos a pensar sobre ello.
Qué habría pasado si la mujer hubiera ocupado el puente de mando del desarrollo tecnológico al mismo nivel que el hombre? ¿Cómo sería el mundo hoy si su criterio, su imaginación y sus intereses hubieran contado tanto como los de los varones a la hora de señalar los inventos por los que merecía la pena apostar? ¿Cuál fue el verdadero peso de las mujeres (Principal de los Libros, 2022), un ensayo cuyo subtítulo anticipa en forma de lamento la conclusión a la que ha llegado una vez finalizada su investigación: