PARAÍSO EN VÍAS DE EXTENCIÓN
a Mata Atlántica, la otra selva brasileña, clasificada como reserva de la biosfera por la UNESCO, recorre la costa atlántica desde el nordeste hasta el norte de Argentina. Un océano de vegetación, deforestado en un 90 %, que hace posible la vida en Río o São Paulo, pero también en Nueva York o París. Nueve o diez millones de hectáreas surcadas por manantiales y ríos, azotados por cascadas, donde sobrevive el 20 % de la flora mundial y una fauna con cientos de especies en peligro de extinción: jaguares, monos muriquis, tamarinos león dorado, ibis rojos. En Itacaré, una especie de Saint-Tropez brasileño en el sur del estado de Bahía, el bosque verde manzana mira al océano a los ojos. Más arriba, el bosque se sumerge en el río, convirtiéndose en un manglar superpoblado de camarones y cangrejos. "Este bosque es todo lo que queda de algo muy grande, muy hermoso",
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