LAS RUTAS DEL PARAÍSO
DECÍA EL ES-CRITOR ES-PAÑOL NOEL C L A R A S Ó QUE “VIAJAR SOLO SIRVE PARA AMAR MÁS NUES-TRO RINCÓN NATAL”, Y NO PODE-MOS ESTAR MÁS DE ACUERDO. Únicamente si frecuentamos otros países podremos constatar que nuestra piel de toro, esa España de la que Richard Ford destacó “su alma exótica”, posee tantas lecturas como páginas aun por escribir. Es por eso que, sin ánimo de ser chovinistas, debemos recorrerla a fondo antes de que nuestros pies se encuentren demasiado cansados o nuestras almas suspiren por elevarse. Solo de ese modo podremos constatar que hemos nacido en un paraíso, aquel que cautivó a fenicios y griegos, que enriqueció a romanos y árabes, y que movió a los cristianos a denominarlo tierra de María Santísima. Un microcosmos que resume el mundo y que, por más que nos esforcemos, es imposible abarcar en una sola vida.
Sin embargo, aun a riesgo de dejar atrás infinidad de pueblos, aldeas y otros rincones inextricables, os proponemos un conjunto de rutas por los paisajes descritos por Estrabón, Plinio o Avieno, al tiempo que os descubrimos sitios obviados por el turista convencional. Todos ellos forman parte de esa España inédita que, a poco que la destapemos, aumentará nuestro deseo de conocer más.
El viaje arranca en el noroeste, en las tierras habitadas desde la Edad del Bronce por las tribus que comenzaron a configurar la actual Galicia, y que con el tiempo darían paso a los celtas de Hallstatt, cuyos usos alumbraron la cultura castreña. En ese espacio inefable es posible visitar una de las construcciones más
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos