Una vez que se hizo evidente el colapso del Tercer Reich, muchos antiguos y fervientes colaboradores de Hitler comenzaron a planificar su vía de escape ante la justicia aliada. Surgieron así lo que se ha conocido con el término inglés de Ratlines (Rutas de Ratas). Un término que aunque pueda parecer una metáfora (bastante acertada además) de los roedores y los nazis, tiene un origen náutico. Así se llama a los pequeños cordeles colocados de forma horizontal y que sirven como peldaños de una escalera para poder subir por el mástil y que en español se conocen como flechaste. Antiguamente, escalar el mástil usando dicho apoyo era el último recurso que tenía un marinero para evitar ahogarse durante un naufragio.
Así, «ratline» se convirtió, en los estertores del imperio nacionalsocialista, en sinónimo de «última vía de escape». Además, muchos jerarcas nazis huirían por barco, vía transatlántica, así que dicho símil náutico venía que ni pintado para lo que estaba sucediendo en los estertores del régimen. Se usó la denominación inglesa de Ratlines para designar las vías clandestinas que muchos nazis utilizaron para escapar. Diversas rutas europeas que serían un trampolín para viajar a Sudamérica, a países como Brasil, Chile o Argentina. Las autoridades alemanas revelaron en 2012 documentos que