LA GENERACIÓN DE LA REVOLUCIÓN CREATIVA
No es que México no tuviera la atención del mundo. Los Juegos Olímpicos de 1968, dos Copas Mundiales de Futbol (en 1970 y 1986) y la fama de lugares como Acapulco, Los Cabos y Cancún ya habían mostrado su potencial como destino de espíritu glocal. Pero si tenemos que poner una fecha a su revolución creativa, tendría que ser el año 2000.
Habían pasado apenas seis años de la entrada de México al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la palabra “globalización” comenzaba a hacerse más común en el vocabulario de los mexicanos. Vicente Fox Quesada, candidato del Partido Acción Nacional, fue elegido presidente poniendo fin a décadas de presencia del PRI en Los Pinos. Había una palpable sensación de cambio y optimismo, al tiempo que otras voces proclamaban el fin del mundo. En términos generales, el 2000 fue el año en el que pusimos un pie en el futuro, detonante principal de la explosión creativa que
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