Sexo y comida no tienen por qué estar reñidos, dependiendo cuándo entren en juego cada uno de los participantes. Pero, ¿hasta qué punto guarda relación nuestra alimentación con el universo sexual?
En más de una ocasión nos hemos sometido a una pregunta, recurrente, pero complicada de responder: si tuvieras que escoger, ¿qué preferirías, el sexo o la comida? ¿Por qué tenemos que elegir entre mamá o papá? ¿Acaso tienen por qué estar reñidos? Se podría decir, a ciencia cierta, que entre el sexo y la comida existen vínculos ‘hasta en la sopa’. Y no hablamos únicamente del anime japonés, que se atreve a fantasear con la culinaria sexual, como bien se saborea en la serie Food Wars, que también. Hablamos de platos que definiríamos como orgásmicos, de los mitos y leyendas que rodean a los alimentos afrodisíacos ingeridos para aumentar la libido, de cómo nuestro estilo de vida influye en nuestra plenitud sexual, del erotismo de comerse un helado o de simplemente de la comida como herramienta para demostrar amor y pasión.
“Según datos recientes, el 43% de las