UNA DE LAS JOYAS DE LA MEDICINA NATURISTA
Del agua salieron los primitivos antecesores del ser humano. Millones de años después, la parte líquida de nuestra sangre (suero sanguíneo) conserva todavía una composición muy parecida al agua del mar de donde procedemos. Nuestro planeta está a la distancia precisa de la estrella solar para que el agua pueda darse en estado líquido. Y, como se sabe, somos agua en más de un 70%.
Leonardo da Vinci decía que el agua es la sangre de la naturaleza, como la clorofila lo es para las plantas: un elemento indispensable para la vida y un agente terapéutico y fomentador de la salud importantísimo, si la sabemos utilizar de forma adecuada.
Al agua le damos un uso culinario e higiénico, pero ignoramos (u olvidamos) que alberga un enorme potencial preventivo y terapéutico que, como decimos, en medicina naturista se emplea con frecuencia.
Entendemos por hidroterapia el uso de diversas técnicas o formas de aplicación del agua con finalidades terapéuticas, es decir, el uso del agua corriente aplicada de forma externa o interna como un medicamento.
ANTES DE EMPEZAR…
• Transmitir frío o calor. Los buenos resultados que se consiguen con los tratamientos de hidroterapia se deben, ante todo, a que el agua es un medio simple, fácilmente accesible y excelente para almacenar y transmitir estímulos térmicos (frío-calor) a nuestro organismo.
• Calor específico. Entendemos por calor específico de una sustancia la cantidad de calorías necesarias para elevar un grado la temperatura de un gramo de ella. El calor específico del agua es de los más elevados (diez veces superior al