DiverXO abrió hace 14 años, en tiempos en los que Madrid era una plaza gastronómica conservadora, de grandes mesas de poder albergadas en restaurantes de cocina clásica y manteles blancos. La gente le decía que lo que iba a hacer era un disparate. “Cuando abrí, la cocina viajera, esa que integraba conceptos y sabores en un plato, estaba mal vista y tenía ese rango como de segunda división. Me alejé de la palabra fusión porque eso era mezclar sin sentido, ni criterio”, relata.
En aquel entonces y con tan solo 27 años, contra todo pronóstico, Muñoz le apostó a una idea creativa en la que no tenía miedo de conjugar en un mismo plato distintas técnicas y varios ingredientes, en especial los de Asia, un continente que lo cautivó y que sigue descubriendo a