PERCEBE’S SONG
Poio, un municipio de Pontevedra. Allí nació en 1996 Pepe Solla, cinco años después de que sus padres inauguraran un templo llamado Casa Solla. En sus puertas cuelga una estrella Michelin (una de las primeras que se concedieron en España) y un recetario que se alimenta de la tradición gallega y la vuelta de tuerca que Pepe decidió imponer para evolucionar y poner gasolina al local. “La historia de Casa Solla es muy larga... Este año cumplimos 60 años. Fue un proyecto vital que mis padres iniciaron en 1961. A mi padre le gustaba mucho la hostelería, sus abuelos tenían un merendero. Y cuando se casaron abrieron este restaurante enfrente de ese merendero familiar y ahí empieza su proyecto. Quizá al principio sin muchos conocimientos, pero con mucha convicción poco a poco fueron evolucionando y creciendo, tanto que aparecen como referencia en la Guía Michelin en 1965 y en 1980 reciben la estrella. Desde entonces hasta hoy hemos mantenido el galardón. Su cocina tenía cierta influencia francesa”. Nunca pensó en dedicarse a estas tareas de delantal y fogones. Pasaba. A él le gustaba la música. De hecho, es ‘colega’ de grandes grupos indies patrios con los que ha tocado en directo. Y abandonó la carrera... “Si te refieres a que si era el típico niño al que de pequeño le gustaba trastear con la comida, la verdad es que no. Nunca pensé en dedicarme a esto. Estudié Empresariales porque no sabía qué estudiar y era la típica carrera comodín que valía un poco para todo. Pero me vine a ayudar a mis padres porque ya eran algo mayores. Me enganché y jamás llegué a acabar la universidad. Lo que más me gustaba al principio era la sala y después decidí meterme en la cocina porque quería dar un cambio”.
¿Tu primer recuerdo gastronómico cuando eras pequeño, esas delicias que cocinaban tus
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