Los hidrolatos (HA) se obtienen a partir del mismo proceso de elaboración que los aceites esenciales, por medio de la destilación de una planta. Este proceso es muy sencillo: en un alambique se coloca agua hirviendo debajo de la planta, de tal manera que el vapor de agua atraviesa los vegetales, libera sus moléculas aromáticas y las arrastra con él. A continuación, ese vapor repleto de las sustancias activas de la planta se enfría y se transforma en líquido.
En ese proceso de destilación, las moléculas que son más ligeras y liposolubles flotan y, al condensarse, se obtiene el aceite esencial. En cambio, las moléculas más hidrosolubles, junto con el agua, se quedan en el fondo y conforman el hidrolato, que tiene un olor parecido al de la planta original y normalmente es incoloro.
Para terminar el proceso de elaboración, se filtra para eliminar cualquier germen y asegurar su buena conservación, antes de guardarlo para su uso posterior.
El hidrolato de rosa, por ejemplo, es ideal para los estados furiosos