UN DRAGÓN EN LA FAMILIA
Un equipo de científicos chinos liderados por Xijun Ni y Qiang Ji han presentado al mundo un nuevo cráneo humano, casi perfecto, conservado por el tiempo como un preciado regalo. Procede del río Songhua, cerca de Harbin, ciudad situada en la provincia de Heilongjiang, en el noreste de China. Conocido como el cráneo de Harbin por la comunidad paleoantropológica y apodado hombre dragón por la prensa, su puesta de largo se ha efectuado mediante varias publicaciones en la nueva revista científica The Innovation. El trabajo de Ni y sus colaboradores ha provocado un gran revuelo, ya que el espectacular fósil ha servido para definir una nueva especie bautizada como Homo longi. El término longi deriva del nombre geográfico Long Jiang, que es de uso común para la provincia de Heilongjiang y significa ‘el río Dragón’.
La calavera de Harbin posee la asombrosa capacidad cerebral de 1420 ml, equiparable a la de los humanos modernos. Tiene el to-rus supraorbitario, esto es, el reborde óseo situado por encima de las órbitas oculares, muy robusto y grueso, y la parte superior del rostro bastante ancha, al igual que la apertura nasal. Por el contrario, la altura de la cara es muy corta, con delicados malares (los pómulos) y retraída bajo la bóveda craneal. Estas características son de tipo moderno y recuerdan al . Sin embargo, la bóveda craneana o neurocráneo del tiene un perfil claramente primitivo; es alargada, de baja altura y sin la característica forma globular de nuestra especie. En presentes en la Sima de los Huesos de Atapuerca, en Burgos. No obstante, los homininos de este yacimiento, como Miguelón (Cráneo 5), cuentan con un torus supraorbitario bastante más saliente y grueso en la parte central que en los márgenes laterales, mientras que el torus de Harbin posee la forma de doble arco con la zona central más adelgazada. Asimismo, la parte posterior del cráneo chino no muestra el hueso occipital tan angulado característico de Miguelón. Visto desde atrás, Harbin tiene el cráneo muy ancho y con lados paralelos, y carece de la expansión parietal superior del y de la forma casi esférica de la mayoría de los neandertales.
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