WABI SABI, EL VALOR DE LA IMPERFECCIÓN
adie es perfecto y, de hecho, lo normal es que convivamos con la imperfección. Sin embargo, pocos aceptamos de buen grado nuestros defectos y los normalizamos en nuestras vidas. Por lo general, tras una educación y una vida en sociedad que nos impulsa a enfocarnos en la perfección, nos torturamos con ellos y los utilizamos como acicates que mutilan nuestro avance y limitan nuestro bienestar. Resulta muy difícil zafarse de la influencia de la imperfección en una sociedad individualista y tremendamente competitiva, donde se premia al más fuerte, al más guapo, al más listo, al más rápido… Según dicha lógica, esos individuos son los que supuestamente triunfan y los que tienen más papeletas para la felicidad. En este escenario, el sale a nuestroi tiene mucho de adaptación.
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