El nervio de los muy cafeteros
Haced lo que os parezca correcto que a mí me parecerá bien todo lo que decidáis”. Con estas palabras Ramon Novell, fundador en 1958 de la empresa que lleva su apellido traspasaba el control del negocio a sus hijos. A finales de los 80 les hizo la pregunta tan difícil para el fundador de una empresa familiar: “¿Queréis continuar el negocio?” Y quisieron. Unos jóvenes hermanos Ramon, Josep y Dolors, con poco más de 20 años dijeron que sí y la fábrica, con apenas 300 metros en el centro de Vilafranca del Penedès (Barcelona) se trasladó a un polígono industrial, ocupando 2.500 metros cuadrados. (Ampliando posteriormente hasta los casi 8.000 actuales).
“Cuando vinimos aquí fuimos la primera empresa del polígono”, recuerda Ramon Novell hijo, que se incorporó a la empresa en 1990 con un título de Empresariales bajo el brazo. Es entonces cuando
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