Para hablar del germen de Café Martínez hay que remontarse hasta 1928, cuando Don Atiliano Martínez llegó a la Argentina desde España. “Mi abuelo decidió iniciarse en el mercado del café tostado con la empresa Torres y poco a poco fue haciéndose su clientela. Su manera de acercarse a los consumidores conversando y convidándoles algo rico se convirtió en una costumbre propia. Con el tiempo se independizó comercialmente y abrió su primer local, ‘El Convidado’, nombre que hacía referencia a su forma de ser. Pero nadie llamaba al local de esta manera, ya que todos lo conocían como ‘el café de Martínez”’, recuerda Marcelo Salas Martínez, actual socio director de Café Martínez.
Ese fue el nacimiento de esta cadena nacional de cafeterías. “Cuidamos el café en todas sus fases y procesos, desde su nacimiento en la planta hasta que llega a la taza. Queremos asegurar la excelencia tanto de la calidad del