COMUNISMO ESOTÉRICO
A pesar de la pobreza descrita de la familia Marx, el pensador jamás desempeñó, ni quiso desempeñar, trabajo fijo remunerado alguno. A cambio, eligió la vida de revolucionario profesional. Aunque Marx ha pasado por un gran teórico, primero se dedicó a la subversión, incluso terrorista, para posteriormente centrarse en la propaganda y el activismo político en favor del comunismo y del ateísmo. Quien lo introdujo en los grupos revolucionarios secretos de la época fue su mentor Moisés Gess. Este, en carta a un tal B. Auerbasch, en 1841, ya pronosticaba: «Marx es probablemente el más grande filósofo de la actualidad. El Dr. Marx es todavía muy joven (veinticuatro años); propinará el golpe definitivo a la religión y a la filosofía tradicionales».
Estas sociedades secretas, que en seguida analizaremos, eran profundamente revolucionarias y estaban dispuestas a usar la violencia. Marx, en marzo de 1850, redactó junto con mentor y sostén económico Friedrich Engels un documento –hoy nada conocido– titulado Plan de acción contra la democracia. En él se esboza un plan terrorista proponiendo como objetivos el asesinato de reyes, la destrucción de monumentos públicos y una alianza entre el proletariado y la pequeña burguesía, para que después el proletariado exterminase a su compañera de viaje.
LA LIGA DE LOS JUSTOS
Poco después, Marx, Engels y otros acordaron formar una sociedad universal con la grandilocuente intención de hacer la revolución en Prusia, Gran Bretaña y Francia. Robert Payne nos aporta un informe de un confidente policial que asistía de incógnito a las reuniones del grupo denominado la Liga de los Justos: «La sociedad B (Bund o Liga) es la más violenta. En su seno se enseña y discute formalmente el asesinato de príncipes. En una reunión celebrada anteayer
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