LA SORPRESA DULCE
El árbol es originario de Asia. En China, donde se cultiva desde el siglo VII, hay una gran tradición, así como en Japón y Corea. Entre los tres países tienen registradas más de 2.000 clases. A Europa, de hecho, no llegó hasta el siglo XVII, cuando comenzó a plantarse en las zonas bañadas por el Mediterráneo. Al principio, se apreciaba fundamentalmente como planta ornamental y por la calidad de su madera, el palosanto, pero después comenzaron, exportan a más de 60 países, con Alemania a la cabeza, y son un referente mundial en esta fruta, que posee un sabor dulce y cuyos tonos anaranjados y rojizos se deben a la presencia de licopeno, un pigmento con propiedades antioxidantes. Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, una sola pieza aporta el 43 por ciento de la fibra necesaria al día, el 30 por ciento del hierro que requieren las mujeres y el 43 por ciento en el caso de los hombres. Eso además de que, por su valor nutritivo y su alto contenido en agua –alrededor del 82 por ciento–, es un alimento idóneo para el Al kaki no le falta nada, y, durante estos meses, lo tenemos cerca, pues España es el segundo país con mayor producción, después de China.
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